lunes, 12 de diciembre de 2011

EL BUTSUDAN REALMENTE NOS CUIDÓ: DESPUÉS DE LA MUDANZA

Después de casi 2 meses vuelvo a postear algo nuevo. El tiempo es el peor tirano que puede haber y en mis pocos momentos libres, los he dedicado a descansar y resolver varios asuntos familiares pendientes.

No sé si será el último post que publique en este blog, el que me ha dado una oportunidad para compartir mis vivencias y también, muchos aspectos que muchos de nosotros desconocíamos acerca de la cultura japonesa (por ejemplo, los orígenes japoneses de Jesús o la misteriosa escritura de Okinawa, entre otros temas). Pero no solamente eso, sino que me dio la oportunidad de conocer a diferentes personas con quienes compartimos un mismo interés: reconstruir nuestra historia, es decir, nuestro pasado peruano-nikkei.

El hecho de mantener un blog es muy disciplinado, porque hay que tratar de publicar lo más frecuentemente posible en el blog y así mantener el interés por nuestro blog a nuestros seguidores. Pero, en mi caso y como pasa en la mayoría de bloggers, el blog solo es un pasatiempo ad-honorem, y hay que darle prioridad a una obligación mundana que es un "bien necesario": el trabajo, y que muchas veces (y como en mi caso como freelance), consume casi todo nuestro tiempo.

En fín, no quisiera dejar este blog abandonado y tal vez, dejar de postear sin decir nada, pero quisiera compartir con ustedes una vivencia que ha sido un cambio grande en mi vida y que seguramente, a muchos de nosotros nos ha pasado (o tal vez, a pocos de nosotros).

En un post anterior conté sobre el motivo por el cual mi familia y yo decidimos continuar teniendo un butsudan en casa y por un problema "ajeno" a nosotros, tuvimos que mudarnos a una casa nueva.

Mi casa anterior era grande, pero a pesar de la amplitud siempre era oscuro por dentro. Mi casa anterior tenía ventanas en todas partes, igual que en mi casa actual, pero siempre se sentía cargado (como si tuviera un aire enrarecido) el ambiente. Mi casa anterior, a pesar que la habíamos redecorado con muebles nuevos, siempre se veía triste y pobre. ¿Por qué? Muchas personas me dijeron lo mismo: tu casa está “cargada”. Mi casa anterior estaba cargada, no con los típicos "fantasmas" que te hacen "¡¡bu!!", sino cargada de envidia. "Envidia", una palabra que muchos conocemos, pero pocos saben que con la envidia ajena, también se puede destruir una familia. Una envidia que nace de unas personas que viven alrededor nuestro y que quisieron "destruirnos", pero no sabían que mi familia y yo contamos con la mejor protección de todo: el butsudan.

En el post anterior, comenté cómo a través de sueños, me advertían acerca de lo que esas personas "pensaban" sobre nosotros. En esa época fue que descubrí que tenía sensibilidad y que mi sexto sentido era mi mejor protección personal. Bueno, después de toda esa experiencia "paranormal" (y en donde el butsudan de mi papá también fue el principal protagonista), al fin encontramos la casa "elegida" y ya pudimos mudarnos.

Yo la llamo así, la casa elegida, porque mi hermano y yo tuvimos un sueño muy parecido antes de encontrar la casa. Ambos soñamos que estábamos caminando en una calle estrecha, con casas de solo dos pisos y nada de edificios. En mi sueño, veo esa misma calle estrecha, pero al final de ella, veo una casa blanca, con ventanas y puertas que se asemejaban mucho a un rostro (es decir, con los ojos y la boca y el tejado, que parecía sus cejas). Mi hermano, no vio esa casa, sino veía una cruz al final de esa calle. 

Recién vamos a cumplir un mes en la casa nueva, y en uno de esos trajines que hicimos de aquí para allá, mi hermano y yo regresamos en un taxi de noche y ya muy cerca de la casa, vimos que hay una calle paralela a la casa que "coincidentemente" se parecía mucho a la calle estrecha de nuestros sueños, y al final de esa calle, había una casa que sobresalía entre todas porque era la más grande y la que estaba al final de esa calle estrecha. Era blanca y tenía ventanas y un pequeño tejado que se parecía mucho a una cara. ¿Coincidencia? Al día siguiente, mi hermano y yo regresamos a esa calle, ya de día, y caminamos por toda esa calle y al final de esa calle, hay una iglesia. La iglesia que estaba representada por una cruz en el sueño de mi hermano. Nos quedamos sin palabras.

Ya en la casa elegida, ya nos hemos instalado y nos va bien. La casa tiene "nuevos aires", la sentimos más fresca, está más iluminada, y con los mismos muebles que habíamos usado en la casa anterior, la hemos decorado y aquí se ven más lindos. 

La parte triste de esta historia, es que si bien nos hemos mudado y sentimos ese cambio de ambiente y de personas, que era tan necesario, hemos perdido a dos seres muy queridos.
Uno de ellos no ha muerto, pero su enfermedad (a consecuencia de una extraña caída por las escaleras de la casa anterior), hace que no nos reconozca y sea totalmente dependiente. Y el otro ser querido, fue nuestro perrito. Un perrito que falleció con una extraña enfermedad y su muerte fue muy rápida. Primero estaba perdiendo la vista (como cualquier perrito de más de 10 años), y a pesar de eso, seguía siendo tan juguetón. A una semana de mudarnos, se cayó de las escaleras (seguramente, porque ya no podía ver muy bien) y ahí empezó su sufrimiento. Poco a poco se iba debilitando y tuvo una enfermedad muy extraña, según el veterinario, “un caso atípico”. Sus últimos días, la pasó entre sondas y tratamientos, pero al final, murió. Por esos mismos días, mi familiar (que es mi tía), se puso muy mal y ya no nos reconocía. 

A pesar de todo eso, no podíamos quedarnos un día más en esa casa, y nos mudamos el día que ya habíamos decidido. Los días pasaron y actualmente, estamos bien, como se dice, “la tranquilidad no tiene precio”. A mi tía (quien es la que vivía junto con mi familia y la que se cayó de las mismas escaleras desde donde se cayó mi perrito), tuvimos que internarla en una casa de reposo. La atienden muy bien, e incluso se ha hecho algunos “amigos” (pacientes con su misma enfermedad). Ayer la visitamos y la veíamos mucho mejor, está más atenta, más despierta y ya no tiene aquél extraño dolor (de la cual siempre se quejaba en la casa vieja).

Lo único triste es mi perrito, aquel que nos acompañó durante más de diez años, y que lo recogimos de la calle, enfermo y sin un hogar. Pero, después de consultar con varias personas, incluso con una yuta (guía espiritual o “chaman” okinawense), nos hemos dado cuenta que nuestro perrito “absorbió” lo malo de la casa (se dice que los animales y las plantas, así como los niños, son más sensibles que los adultos). Pero, las “coincidencias” abundan en nuestro caso que parece que fue por eso (puede ser que exista una explicación lógica a esto, pero hasta ahora, nadie puede explicarnos).

Hemos trasladado el butsudan, tanto de mi papá como de mi oba (uno de mi familia paterna, y el otro, materna) a la casa nueva. Llamamos a una yuta para que hiciera la misa (budista) y así, “pedir permiso” a mi papá y a mi oba para hacer el traslado, y ya en la casa nueva, junto con la yuta, armamos nuevamente el butsudan. Uno de los butsudan está en el comedor y el otro, en la sala.

Pero, por la falta de espacio y sobretodo, porque aún nos recomiendan que no tengamos dos butsudan en una misma casa, hemos conversado con una tía (hermana de mi mamá) para que cuide el butsudan de mi oba. Para eso, vamos a hacer otra misa y pronto enviaremos el ihai (tablita donde está escrito los nombres del difunto) hasta Japón.

Lo que si me gustaría mencionar, no sé si a manera de anécdota, es que nosotros ya sabemos, o mejor dicho, ya hemos experimentado eso que muchas personas nos dicen “el butsudan cuida”.
No solamente por los “accidentes” que hemos tenido, sino por lo que hemos sentido al regresar a la casa vieja sin los butsudan.

Como todo el proceso de la mudanza ha sido muy rápido, nos hemos olvidado varias cosas para la nueva casa, como ropa, algunos libros, etc.
Cuando hemos ido a la casa vieja últimamente, de solo entrar, sentía el ambiente demasiado cargado. No podía respirar y parecía que me estaba ahogando. Me dolía mucho la cabeza y esa tarde, al regresar a la casa nueva, no podía trabajar y me quedé descansando en la cama (tenía un fuerte dolor de estómago y náuseas).

Pensé que era porque no había comido nada y por eso me sentí mal, pero a la segunda vez que fuimos, mi hermano y yo nos sentimos mal nuevamente, y nos dolía nuevamente la cabeza. A pesar que las ventanas están abiertas, no sabemos por qué el ambiente está tan enrarecido.
Antes de esas dos visitas, cada vez que íbamos a la casa vieja, no sentíamos “casi” nada. Todo era “normal”. Antes de esas dos visitas, aún estaban los dos butsudan en la casa vieja.

Luego que hicimos el traslado de los butsudan, la sensación que sentimos en la casa vieja es la de “aire enrarecido”, “soledad”, “algo que no hay vida” (a pesar que aún vive un familiar), “tristeza”, “algo viejo”. Algo muy raro que nunca la habíamos sentido antes y ahora me pregunto, ¿cómo hemos podido vivir así tantos años? 

Coincidentemente, con los butsudan en casa, nunca hemos sentido eso, aún después de hacer la mudanza y vivir varios días en la casa nueva, y recién cuando ya no hay butsudan en la casa vieja, experimentamos esa desagradable sensación. ¿Será que realmente, el butsudan de mi papá o de mi oba nos había protegido?

lunes, 10 de octubre de 2011

UNA EXPERIENCIA QUE HIZO QUE CONTINUÁRAMOS CON LA TRADICIÓN DEL BUTSUDAN

El tema del butsudan es un tema muy complejo, porque conlleva a la práctica de rituales que son casi desconocidos así como su significado para mucho de nosotros que poseemos un butsudan en casa (y que somos sansei, yonsei, etc.).

Pero, ¿por qué, entonces, se sigue manteniendo una tradición que es propio del budismo si la mayoría somos católicos (o de otra religión que no sea budista)? Muchos dirán que es una tradición que “no podemos perder porque refuerza nuestra identidad japonesa”; pero hay otro grupo que aún conservan un butsudan en casa simplemente porque “quiero que me cuide”.
En mi caso (y en mi casa), pertenecemos a este último grupo, el de “quiero que me cuide” y no es por una simple creencia “a ciegas”, sino es por experiencia propia.

Muchos opinarán que es un tema de superstición, pero yo pregunto si creemos en la muerte, ¿por qué no creer entonces que lo sobrenatural si existe?
Por naturaleza, soy una persona muy desconfiada y siempre saco una conclusión lógica a algo aparentemente “paranormal”, pero lo que me ocurrió a mí y a mi familia el año pasado en vísperas de obon, es algo que no podemos explicar.

En un post anterior, he contado parte de esta experiencia y en donde publiqué una foto del butsudan de mi papá en donde aparece supuestamente una figura humana, pero consultando a un grupo especialista en Lima (Grupo Dharma), me dijeron que se puede explicar científicamente dicho fenómeno pero que no puede descartarse nada, especialmente si se ha sentido un ambiente “pesado” o “cargado”. Particularmente, yo sí creo que mi papá ha estado ahí presente. Por ejemplo, en mi casa tengo dos butsudan, en esas fechas especialmente, en el de mi oba la siento como vacía, como si fuera un mueble más, lo que podría significar que mi oba realmente está “descansando en paz”; en cambio, en el de mi papá, la siento “con más vida”, como si estuviera ahí presente y en el día que tomé la foto, eso se sintió con más fuerza. Esto es un ejemplo de lo que llamamos “sexto sentido” o tal vez, “sensibilidad”.

Pero esta es una experiencia que muchas otras personas también la han sentido, especialmente cuando el familiar recién ha fallecido, es decir, dentro de los 49 días (según la tradición japonesa y okinawense). Ellos dicen que han podido “sentir” a su mamá, por ejemplo, caminando por los pasadizos de la casa. Esto es lo que me contó un familiar lejano. Pero en mi caso, mi papá ya tiene más de 20 años de fallecido y ya debería de haber “descansado en paz” y no deberíamos sentirlo en la casa. Entonces, ¿qué pasa?

Mi familia es católica pero a la vez, cree en algunos preceptos del budismo y del “chamanismo” okinawense, por influencia mayormente de mi oba materna. Mi oba siempre decía que hay que confiar en los sueños, ya que éstos nos alertan de los peligros que están escondidos a simple vista (es decir, mi abuela ya hablaba en términos “paranormales”, pero a su manera, para decir que el subconsciente capta aquellos “mensajes ocultos” que está a nuestro alrededor pero que en estado de alerta no podemos “descifrarlos”, por así decirlo).

También, nos decía que si veíamos frecuentemente en sueños a nuestros parientes fallecidos debiamos de molestarnos con ellos en lugar de alegrarnos cuando nos despertáramos, especialmente si esos sueños se daban dentro de los 49 días, o incluso un poco más y si solo podíamos ver a ese pariente y a nadie más; porque no solo podía significar que extrañáramos a esa persona, sino que esta persona está intentando comunicarse con nosotros o que quiere “llevarnos” con ella. Por ejemplo, mi madre soñaba mucho con su padre recientemente fallecido cuando ella recién entraba a la adolescencia pero mi abuela decía que eso no era bueno; y en mi caso, yo he soñado con algo relacionado con mi papá (en donde yo con apenas 4 años soñé que subía unas escaleras blancas muy altas que iban hacia el cielo, pero al mirar hacia abajo, miré a mis tíos (con quienes me he llevado muy bien) que me llamaban y me pedían que no siguiera subiendo y ahí fue que me desperté y nunca más volví a tener ese sueño. 

La segunda y última vez que tuve un sueño similar, fue con mi tío (el mismo que me decía que no siguiera subiendo la escalera) quien a pocos meses de haber fallecido, soñaba mucho con él, sentados alrededor de una mesa circular en un cuarto completamente oscuro y me conversaba. Al despertarme, me sentía muy bien, no sé por qué. Después de eso, habrán pasado unos 6 años cuando volví a soñar con él, pero fue cuando estaba en Japón, un día antes de regresar a Perú, cuando soñé que estoy entrando al avión, y veo a lo lejos a mi tío que estaba sentado en un asiento cerca de la ventana y me llamaba con una mano, mientras, sonriente, tocaba el asiento del costado como diciendo “siéntate conmigo”. Esto sería un simple sueño, si no hubiera pasado que en el 2do avión que tomé para llegar a Lima, éste estaba casi lleno, menos dos asientos, justo los que estaban al costado de la ventana, y en donde me tocó sentarme al costado de la ventana mientras que el asiento del costado estaba vacío, mientras que alrededor mío, los asientos estaban ocupados. Para mí, creo que es una feliz coincidencia, porque sentí como si mi tío estuviera acompañándome en mi viaje de retorno a casa.

Regresando al tema del butsudan, a pesar que hemos tenido una fuerte influencia por parte de mi abuela sobre esta clase de temas, por la vida misma, tan ajetreada y cada vez más “moderna”, muchas veces hemos conversado sobre la posibilidad de no continuar con esta tradición, es decir, ni bien mi papá cumpla los 33 años de fallecido (el último aniversario y en donde se piensa que el alma ya ha llegado al cielo), “cerraríamos” el butsudan. Pero en mi casa pasó algo en el obón del año pasado que nos ha mostrado que realmente, como comúnmente se dice, el “butsudan cuida la casa”.

Conversé con parientes, amigos cercanos e incluso vecinos, que tienen un butsudan en casa y algunos que ya no lo tienen, pero consideran nuevamente continuar con la tradición. Conversando, pude darme cuenta que, en general, la gente conserva un butsudan por "temor a que si no cuido el butsudan cuando me corresponda, me puede castigar por ello” y en segundo lugar, “el butsudan me cuida”, muy aparte de lo que debería ser, es decir, “para continuar con la tradición”.

Unos me decían que por el hecho que no querían tener más el butsudan en casa (sea por espacio o tiempo para cuidarlo) se lo encargaron a otra persona y después de algún tiempo, ocurrieron una serie de accidentes o cosas muy negativas (enfermedades, pérdidas de trabajo o fallecimientos sin razón) para la persona que le correspondía tenerlo (por ejemplo, siempre lo debe tener, el primer hijo varón de la familia) y que relacionan todas esas con el butsudan. También, me decían que el butsudan les ha protegido y como si fuera una imagen de veneración, les ha pedido cosas materiales (por ejemplo, un nuevo trabajo) que se ha cumplido o que les ha protegido contra robos.

Lo que si es cierto, y lo he corroborado con algunos yuta, es que el butsudan en sí no castiga a nadie, es solo un altar que sirve para recordar y venerar a nuestros parientes fallecidos y ayudarlos, a través de oraciones o misas, a recorrer su transito hacia la Plenitud (igual como en el catolicismo y otras religiones). El hecho que pensemos que nos castiga si hacemos algo malo, es “solamente” que el butsudan nos protege, más bien, el pariente o parientes que allí dentro se encuentran, nos protegen contra los males o peligros a los que podemos estar expuestos, tal como lo harían si estuvieran vivos. Aquí también se dice, según la creencia okinawense (e incluso muchas de Occidente),que el hecho que aparezcan de pronto todos los males a la vez, se debe al año en que actualmente estamos (por ejemplo, el año funesto para el mono fue el año del tigre) o la maldad que puedan desearnos otras personas.

En mi caso, esto último fue lo que pasó el año pasado.
El año pasado, el 2010, fue el peor año de mi vida. Suena algo fatalista, pero a pesar de haber tenido pensamientos positivos, el año pasado no había concretado nada, ni en lo académico, ni en lo laboral ni mucho menos en lo económico.

Tenía muchos planes que quería cumplir, pero a diferencia de los años anteriores, no los pude cumplir, a pesar que me esforcé mucho en concretarlos. Habiendo terminado la universidad, quería seguir una especialidad y si eso no se concretaba, quería encontrar un buen trabajo, y si eso no se concretaba, quería encontrar al menos un trabajo; deseos propios de quien termina recién la universidad. Pero ninguno de esos planes se concretó. Hasta ahora no me puedo explicar que pasó, pero a pesar que mantenía buen ánimo ante un fracaso, éste ánimo poco a poco se iba extinguiendo, a medida que no lograba nada de nada. Habiendo llegado al último proyecto de mi “lista de metas para el 2010”, me di cuenta que simplemente tenia que encontrar un trabajo, sea bien remunerado o no, porque ya me daba cuenta que estaba perdiendo tiempo y no lograba nada. Ha pesar que había repartido mis hojas de vida (mis CVs, que para mí eran muy buenos, porque tenía buenos antecedentes académicos y laborales) a diestra y siniestra, no me llamaban de ningún lado y así pasó unos 6 meses (en ese tiempo, felizmente tenía el apoyo de mi familia, quienes no me apresuraban en mi búsqueda de trabajo).

Pensé que era el clásico “ahora no hay trabajo”, hasta que me di cuenta que había algo raro en todo esto (quién no se habrá preguntado alguna vez, “qué raro, nunca me ha pasado esto!”), y esto fue cuando tuve mi primer sueño. Soñé que se me caían mis dientes y que los escupía, lo cual nos hizo preocupar mucho, porque según mi oba, la caída de los dientes significaba muerte de alguien. A la siguiente noche, soñé que me daban tres ratas muertas sobre un plato de comida y luego, con perros negros que se comían entre sí. Y eso, mi mamá se preocupó aún más, porque recordó que mi oba decía que tanto ratas como perros negros significan enemigos ocultos.

Al día siguiente, llamamos al primer yuta (porque hemos consultado a dos en total) y después de leernos las cartas de Tarot, y leer el senko (a través del humo, puede ver siluetas de personas) nos dijo que yo tenía un enemigo oculto que me quería hacer daño.
Pero no solo eso, sino que además, el yuta nos dijo que ese mal deseo por parte de ese enemigo oculto, iba a afectar directamente a una tía que vive en mi casa. Textualmente dijo, “que después de dos meses de la celebración grande, que sea la más próxima, mi tía iba a morir”. Nos recomendó hacer unos rituales (hechos en mi casa pero la mayoría hechos por él y en su casa, por lo que no sé qué habrá hecho o qué no habrá hecho) para así evitar dicho desenlace infeliz, lo que según él, no era nada natural, sino provocado por aquella mala intención. No podíamos perder nada, excepto dinero para hacer eso, así que lo hicimos. 

Cumplimos con realizar todos los rituales y después de eso, nos olvidamos del tema. Cabe resaltar que ni bien comenzamos a hacer los rituales, mi situación laboral ya mostraba signos de mejoría. Tenía varias ofertas de trabajo de distintas empresas, todas muy tentadoras pero me quedé solo con una. ¿Coincidencia?

No solo eso, sino que mientras hacíamos los rituales, me “mostró” al enemigo oculto. Aquí no puedo decir que me mostró a un “supuesto enemigo”, porque al final descubrimos quien era ese enemigo oculto, quien incluso llegó a llamar a mi casa para amenazarme de manera anónima. Pero al final de toda esta historia, al increparle directamente de todos lo que ha hecho en mi casa (invasión de propiedad ajena, robo, injuria, etc.) , no soportó más y amenazó mi integridad física (está demás decir, que tuvimos que llamar a la policía a reportar dicha agresión). 

¿Y quién era ese enemigo oculto? Pues nada menos un “vecino” y su madre quien desde que nací me acuerdo que mi mamá siempre le regalaba comida o cualquier otra cosa, todo de buena intención.

Pero, ¿y por qué se convirtió en mi "enemigo oculto"? Simplemente, porque tenemos casi la misma edad y porque de pequeños hemos jugado juntos y al crecer cada uno a seguido su destino, aunque uno torcido y el otro derecho; y al parecer, ha crecido con resentimiento y envidia.

“Envidia”. Así es, “envidia” y existe y es real. Lo que esos “enemigos ocultos” hicieron fue lo que comúnmente se dice “mal de ojo” y cargaron mi casa con las peores intenciones y deseos. Y esos deseos se materializaron coincidentemente dos meses después del obón (la celebración “más grande” que en mi casa se celebra), cuando mi tía se cayó inexplicablemente del 2do piso. A pesar de la gran caída (del 2do piso y de cabeza) y de la edad (más de 80 años), no se hizo “nada”, solo unos raspones y moretones, pero ningún hueso roto (a pesar de tener una osteoporosis avanzada).

Los médicos que la atendieron no podían explicar el por qué no se hizo “nada”, porque podía haberse dislocado el cuello y quedarse paralítica o “sencillamente”, pudo fallecer en el acto.

Cuando pasó eso, mi familia y yo nos miramos asombrados. ¿Coincidencia?

Pero después de eso, al empezar el nuevo año, tuve otros sueños recurrentes simplemente horribles. Soñé con una caja de madera llena de agua, pero que tenía gusanos dentro y yo colocaba mis brazos en ella. Luego, soñé que había una bolsa de comida podrida en mi casa, a lo que yo seguía colocando basura en ella. Después de esto, empecé a “ver” en mis sueños, a una mujer que no veía muy bien su rostro, pero que siempre me acariciaba el brazo mientras dormía o me hablaba, todo esto, de una manera que no me asustaba, sino que sentía como si me estuviera cuidando.¿Habrá sido mi oba?

Definitivamente, estaba algo mal en mi casa, o conmigo, no sabía que pensar. Consultamos esta vez a otra yuta y también me leyó las cartas y me dijo que aún hay algo en mi casa que debo sacar, y claro, mencionó nuevamente al “enemigo oculto”.

¿Qué tenía que hacer? “simplemente”, hacer unos rituales y hacer una limpieza en la casa, con quema de incienso, frutas y otros “ingredientes”.

Al principio pensé que iba a hacer esos rituales medio “espectaculares” (en el sentido de hacer un teatro) como se ve en algunos chamanes, pero no fue así. Mientras hacia los rituales en mi casa, nos decía muchas cosas familiares que nunca habíamos comentado con nadie.
Al final, nos dijo que ya la casa estaba limpia. Y efectivamente, la casa ya no se sentía cargada, sino más acogedora. Y está más decir que en el plano laboral, al día siguiente ya pude ver las mejoras. Si con el otro yuta las cosas mejoraron, éstas eran muy lentas, pero con estos rituales y la limpieza, fueron sucediendo de manera más rápida. Todo esto pasó sin un ápice de exageración.

Pero, ¿en dónde se menciona al butsudan? Simplemente, el butsudan, mejor dicho, mi papá, fue quien a través de sueños hizo que nos diéramos cuenta de los peligros que nos rodeaba, porque todo comenzó a casi un mes del obón del 2010 y terminó, coincidentemente a un mes del obón pasado, justamente cuando empecé a sentir el butsudan de mi papá como algo "más especial", como si alguien estuviera allí.

No solamente yo, sino que mi hermano mayor, también tuvo sueños muy extraños en esa época e incluso hemos llegado a tener el mismo sueño (siempre relacionado con todo esto) en el mismo día. Es lo que llaman “sincronicidad”, algo extraño, puesto que no somos hermanos gemelos, sino que nos llevamos 8 años de diferencia. Y con esto, además, pude comprobar que mis sueños no eran lo que psicológicamente se definiría como los deseos reprimidos del inconsciente, sino,¿por qué también él los tendría? 

Hay dos sueños que me parecen muy simbólicos y que podrían demostrar que el butsudan “nos cuida”, sobretodo mi papá y mi tío. Mi hermano soñó con la yuta quien iba a limpiar la casa (esto fue antes que lo hiciera) y en donde vio a mi tío (el mismo del avión) que estaba protegiendo mi casa y colocaba galletas de arroz a la casa del “enemigo”, a manera de escudo o como para taparlo. Y el otro sueño, con mi papá, también fallecido, quien trancaba las puertas de la casa. Qué raro que sean los “hombres” la casa que estén protegiendo la casa (siempre lo han hecho estando en vida, y no sería raro que lo hicieran ya fallecidos).

Ahora, después esa experiencia tan “extraña” nos va bien, mientras que el “enemigo”, al parecer, no. Con toda esta experiencia, desde esa fecha hemos cambiado muchas cosas, que más adelante los podré contar. Y todo esto, a causa de unas personas a las que hemos ayudado, y como uno de los yuta nos dijeron: “con una mano te reciben la ayuda, pero con la otra, te tiran piedras cuando te volteas”. Pero no contaban que teníamos a alguien que nos cuidaría.

Por todo esto, ¿cómo podía dejar de continuar con el butsudan? Hay personas que sin ser budistas, tienen un altar en su casa, en donde “veneran” a algún familiar fallecido, colocando fotos y flores, y alguna que otra estampita o cruz. ¿Y cual sería la diferencia de llevar un butsudan con uno de estos altares? Pues, a mi parecer, el butsudan encierra una doble veneración(*): a la memoria del pariente fallecido y a la costumbre familiar que se practica desde muchos años atrás. Una costumbre que implica la práctica de ritos que son inherentes a nuestra cultura, en mi caso, la cultura okinawense, y que eran practicados por mis abuelos y cuya memoria sigue viva a través de estos ritos.
 
(*) Y para quienes piensen que esto es simple idolatría al decir "venerar", esto no es lo mismo que rendir culto, sino, que es rendir respeto por la memoria.



miércoles, 5 de octubre de 2011

EL NAMAZU: EL PEZ QUE PROVOCABA LOS TERREMOTOS

Últimamente han ocurrido una serie de terremotos en casi todo el mundo. La tierra se encuentra en constante evolución y no debe parecernos raro que existan esta clase de fenómeno natural, que para nosotros más bien son desastres naturales.

Con la tecnología que actualmente disponemos, podemos determinar el epicentro o el lugar donde se originó el terremoto, e incluso se puede predecir un terremoto con unos pocos segundos de anticipación, lo “suficiente” como para ponerse a salvo. Pero con esta tecnología, no solamente podemos determinar el lugar, grado de daños causados, etc., sino también, llegamos a investigar el origen de dicho movimiento, que actualmente van desde el famoso calentamiento global, el mítico fin del mundo, o incluso, el proyecto HAARP en donde se dice que la mayoría de los terremotos que han sucedido últimamente, fueron provocados por el hombre (ya no se puede descartar nada).

Pero antiguamente, las personas no iban tan lejos, sino más bien, ellos pensaban que el origen de todo lo inexplicable para el hombre de aquella época, era de origen divino. Por ejemplo, en el Japón del siglo XIX, se creía que el origen de los terremotos era por los movimientos de un pez gato o siluro enterrado debajo de la tierra llamado namazu.

Esta “teoría” cobró más fuerza cuando ocurrió un devastador terremoto en Edo (ahora Tokyo) en octubre de 1855, en donde dejó más de 5000 muertos y cuantiosos daños materiales. Días después, se comenzaron a comercializar imágenes de estos siluros o namazu como una forma de conmemorar dicha noticia, o incluso, como una forma de talismán o amuleto, y de esta forma, nuevamente volvió esta creencia del namazu como el causante de los terremotos. ¿Pero, por qué?


El origen de esta creencia se basa en varias hipótesis, por ejemplo, se cree que comenzó cuando apareció el Hyounenzu 瓢鯰図 (pintura a tinta que representa a un hombre pescando a un namazu con una calabaza) en el siglo XIV y que fue pintada por el sacerdote Josetsu. Y el origen de esta pintura, tal vez se deba a un antiguo proverbio de la filosofía Zen.

También se dice que durante la construcción del castillo Fushimi del shogun Hideyoshi Tomotomi, éste ordenó al encargado de su cosntrucción a hacerlo a prueba de terremotos y para ello, tenía que observar el comportamiento de los siluros, esto fue por el siglo XIV. 

También encontramos construcciones antiguas que datan del siglo XIII y que han sobrevivido al paso de los años y sobre todo de los terremotos, porque fueron diseñados de manera sofisticada para la época (e incluso para nuestros días) para soportar los movimientos bruscos del siluro, o mejor dicho, de un terremoto, por ejemplo, la pagoda Goju-no-To 五重塔 (Pagoda de Cinco Pisos) en Miyajima, que no tiene un mecanismo que no posee clavos sino juntas que se unen entre sí ante un movimiento, reforzándo la estructura.



Por eso se dice que otra hipótesis para el origen de dicha teoría, y la que me parece más lógica, sería que el siluro es un animal, mejor dicho, un pez, que posee una  sensibilidad especial para predecir los terremotos, y que antes que ocurra uno, pueden sentir las vibraciones u ondas expansivas a través del agua y comienzan a comportarse de manera inusual. Por eso, y debido a la imaginativa popular, se ha asociado al siluro o namazu como el causante de los terremotos.


El Namazu era un pez que se encontraba debajo de la tierra y que era sujetado por una gran roca colocada por el dios Kashima, quien era el único que podía controlar al gigante pez colocándole una pesada roca (el kaname-ishi 要石) encima, pero cuando éste se descuidaba, el pez se movía, originándose así los terremotos.


Según la creencia popular, se dice que el gran terremoto de 1855 ocurrió porque el dios Kashima tenía que reunirse con los otros dioses y pidió al dios Ebisu que controlara al namazu, pero se quedó dormido y así, el namazu pudo moverse de la gran roca que lo aplastaba y movió su gigantezca cola, produciéndose así el gran terremoto que terminó cuando el dios Kashima regresó al lugar.


No solamente la imaginativa popular se quedó allí, sino que también se creía que los terremotos eran una forma divina de distribuir la riqueza a costa de pérdidas humanas, y en donde los constructores, vendedores de materia prima, etc. (es decir, todas aquellas personas involucradas directamente con la construcción de casas) eran los más beneficiados porque participaban en la reconstrucción de las grandes mansiones de las élites, quienes por ende, perdieron parte de su riqueza con el terremoto.

Esto es lo que denominaron "yo-naoshi" 世直し , que significa "corregir el mundo", es decir, "corregir" una sociedad que ya se encuentra corrompida.

Sin embargo, no hay que pensar que por aquella época, no existía una lógica científica para dichos fenómenos. Por el siglo XIV, eran muy pocos los privilegiados que tenían acceso a la educación y en este reducido grupo, se sostenía que el origen de los terremotos eran a causa del desbalance de ying y del yang, mientras que la gente del pueblo creía en algo más simple y entendible que dicha teoría, que era que los dioses provocaban esas calamidades.

En los libros de aquella época referentes a los terremotos, solían explicar este desbalance acompañado de grandes ilustraciones metafóricas, es decir, exponían la teoría y la ilustraban con un namazu, como una manera que todos entiendan. Junto con la creencia popular cohabitaban las teorías científicas de la época que trataban de explicar los terremotos. Así,  por ejemplo, junto con la creencia popular, en 1759 se publicó un manuscrito en donde se pretendía exponer las señales que antecede a un terremoto, describiendo 20 tipos de nubes y sus respectivos cambios climáticos. Pero no solo eran las nubes sino que también la formación de gases o neblinas inusuales en el cielo podían considerarse como la antesala de un terremoto; idea que no solo era compartida en el Japón antiguo, sino también en otros países como China o Egipto.


Pasaron los años, e incluso siglos, y fue recién en el siglo XIX cuando las ilustraciones de los siluros volvieron a hacerse populares con el terremoto de Edo en 1855, donde se aprovechó esta situación y muchos artistas vendieron ilustraciones de los siluros (pinturas que fueron llamados namazu-e), a manera de una forma caricaturesca para recordar el terremoto vivido y también, como una forma supersticiosa, es decir, como un talismán para protegerse, o proteger la vivienda contra un terremoto.


PARA SABER UN POCO MÁS: (en inglés)

- Animales y fenómenos atmosféricos usados para anticipar terremotos en la antiguedad 
Legends of Unusual Phenomena Before Earthquakes — Wisdom or Superstition?

- Ilustraciones del Namazu 
Namazu-e: Earthquake catfish prints


-Resumen de la posición del gobierno japonés frente al terremoto de 1855
Bakufu Responses to the 1855 Ansei Edo Earthquake


- Diapositivas sobre el Namazu y pinturas sobre el terremoto de 1855
A Brief Account of the Catfish (Namazu) as a Cultural Symbol in Japan, 15th-20th Centuries

viernes, 16 de septiembre de 2011

CÓMO PREPARÉ EL OBÓN 2011 EN MI CASA: LA EXPERIENCIA DE UNA TRADUCTORA FREELANCE

¡Por fin! Ya terminé un trabajo que me dejó sin feriados ni tiempo libre desde el mes pasado, pero para muchos que somos freelance (sea la profesión u oficio que tengamos) sabemos que no podemos rechazar ningún trabajo. Bueno, en mi primer día libre, voy a aprovechar para presentarles un artículo que si bien no es tan académico como algunos artículos que he escrito hasta ahora en este blog, es más bien uno que puede ser de utilidad para muchos nikkei que tenemos un butsudan en casa, en este caso, sobre lo que compramos y lo importante, cuánto, cómo y dónde.

Hace poco hemos celebrado el obón, que para quienes no lo saben, es celebrado en agosto y es cuando se cree que los familiares fallecidos visitan a sus familiares vivos y son agasajados con comidas y dulces típicos japoneses durante tres días.

En mi casa tenemos 2 butsudan, uno es de mi familia paterna y el otro, de mi familia materna. Muchos dirán que no es aconsejable tener dos altares en una misma casa, pero consultamos a varios yuta, y “acordamos” en que si lo colocamos en dos ambientes diferentes separados por una pared (uno está en el comedor, y el otro, en la sala) o si la casa tiene dos puertas de entrada (dicen que es mejor, porque se cree que así cada butsudan tendría su propia puerta de entrada y salida) no pasaría nada malo (existen muchos casos y ejemplos sobre lo que parece que podría pasar). Regresando al tema, como tenemos dos butsudan o altares en casa, tenemos que comprar todo por dos. Es decir, comprar dos ramos de flores, dos chawaki, dos cajas de sushi, etc.

Mi madre colando las cenizas donde se colocan el senko o incienso.
Comenzaré por contarles lo que hicimos a partir del día 6 de agosto. En Okinawa se acostumbra (o se acostumbraba) (para ver artículos relacionados, aquí está la parte 1, parte 2 parte 3), ir a los cementerios a limpiar los osarios (donde están depositados los huesos del fallecido) pero como en Lima, no practicamos ese ritual, nos limitamos a ir al cementerio para limpiar el nicho y colocar flores. Además de limpiar el lugar donde reposan los restos del fallecido, también se debe limpiar el altar en donde se le recuerda, es decir, el butsudan. Siempre hay que tener dos paños destinados únicamente para limpiar el butsudan y el otro para limpiar el ihai (tablita en donde está escrito el nombre del fallecido). Y solo en esta fecha, es cuando se puede colar el senkotate (en donde se colocan los senko). Colar el senkotate es utilizar un colador de cocina y cernir todo el contenido del senkotate o recipiente y con el contenido ya colado, nuevamente regresarlo al recipiente. (el contenido del senkotate simplemente es ceniza, que puede ser las cenizas del carbón y las cenizas que se desprenden del senko o incienso cuando se consumen).

Este proceso de colado, se realiza el mismo día que uno debería ir al cementerio, y este año, fue el día 6. ¿Y por qué cambia la fecha todos los años? Simplemente, porque se basa en el calendario lunar. (es un tema, que posiblemente lo leeremos en otros posts).

Mi madre fue la que hizo el colado de las cenizas, y yo había planeado ir al Mercado Central a comprar todos los insumos, incluso yo misma iba a preparar los sushi (parecen difíciles, pero son fáciles de hacer), pero se presentó un trabajo a último momento que hizo que cambiara mis planes y ya no podía ir al mercado ni mucho menos preparar la comida. Antes, el obón se celebra a lo grande en mi casa, en donde mi oba junto con mi mamá y mis tías preparaban la comida y los dulces. Sin embargo, los tiempos cambian, pero las tradiciones no, entonces, no sabía cómo hacer para tener ya lista esa misma comida tradicional para esa fecha sin que perjudique mi tiempo en el trabajo. Entonces, me puse a analizar tres opciones para comprar: en una tienda de insumos japoneses, en el Mercado Central, y en cualquier supermercado.

Primero comenzaré con la opción del supermercado: he visto que en Wong y Vivanda venden cajas con 5 ó 6 piezas de maki (parecido al sushi) entre S/.10 a S/.15., el precio como que está bien, pero si es para una sola persona, pero sale caro si se necesita 30 piezas, entonces, descarté esta opción. Lo que compré en el supermercado (Metro), fue la fruta, que seguramente me hubiera salido más barato comprarlo en el mercado, pero aquí me ahorraba bastante tiempo para escoger (ya que no está tan estropeada como la que venden en algunos mercados, por ejemplo, de mi casa). Y además de la fruta, compré las flores que vienen con un sobre que contiene un polvo que permite que las flores no se marchiten tan rápido, el ramo más barato está a S/.14. 

Sobre la fruta, tenía que comprar 7 frutas diferentes y una piña con su típico “moñito” (como así le dicen a la hoja de la piña). Esto de la piña, ya es tradicional en las casas okinawenses, y en algunas casas acostumbran a hacer rodar literalmente las piñas en el suelo. Los precios son como los del mercado, por cada fruta he gastado un promedio de S/. 1 a S/.2.

Vista de la comida y los dulces comprados en Tenshi
Ya tenía las frutas, las flores, pero me faltaba lo principal, la comida y los dulces. Y ahora, ¿qué hago? Felizmente, ya existe el delivery. En Pueblo Libre hay una tienda en donde se vende casi todos los insumos y comida japonesa y justo en estas fechas preparan todo lo necesario para celebrar el obón (y también cuando es año nuevo.). Compré tres moldes de sushi, dulces variados y el chawaki. El chawaki es un plato típicamente japonés, en donde se coloca diversos alimentos, en este caso, como tofu, kamaboko, kombu, etc. Es como un snack o aperitivo.

En el mercado central, en la dulcería Tsukayama, también venden dulces japoneses, pero el problema era que quien iba a recogerlos (puesto que no hacen delivery) y no vendían carne de cerdo (un insumo que no puede faltar en esats celebraciones). Comparando precios, los precios casi eran los mismos, aunque con una ligera diferencia de 2 soles, en algunos casos, pero me gustó más la forma de presentación de los productos de la tienda de Pueblo Libre.
Aquí hay algunas fotos que muestran como venían envasados.

Vista del envase abierto con el chawaki.

Vista del envase cerrado con el chawaki (el envase es de aluminio, el que se usa para hornear pavos, etc).





Los okashi (masa rellena con crema pastelera, dulce de frijol, etc.)















Existen otras tiendas e incluso personas que desde casa preparan los dulces o comida especial para estas fechas, pero los que nos salvó del apuro en este año fue Metro y Tenshi, el primero por la cercanía a mi casa y porque la fruta ya estaba escogida (ahorrándome un tiempo valioso si lo hacía en el mercado); y el segundo, por el delivery.
La diferencia de precios entre Tenshi y la dulcería Tsukayama es:

- 1 molde de tofu costó 6 soles (igual en ambas tiendas).
- 1 molde de kamaboko (sea rojo o blanco): S/. 8 (igual)
- 1 molde de kamaboko con verduras S/. 8 (en Tsukayama, no he preguntado si había).
- 1 molde de sushi S/. 13 (aproximadamente, en Tsukayama, es S/. 10, la diferencia estaría en la presentación, porque cada molde de sushi estaba en su propio envase de plástico, mientras que en en la otra tienda, el año pasado me lo entregaron en una caja de cartón o simplemente envuelto en papel, no me acuerdo bien).
- 1 chawaki S/. 65 (solo compré un set de chawaki, aunque tengo dos butsudan, pero pude hacer que rinda para dos).
- okashi surtido, cada uno a  S/. 1.20 (en la dulcería Tsukayama, estaba creo a S/. 0.80 cada uno, y S/. 9.60 la docena).
En total, solo en okashi y comida para dos butsudan, gasté S/. 171.50. Las flores y la fruta, algo de 30-40 soles y para la carne de cerdo (infaltable en estos días), compré una tira de costilla de cerdo a S/. 16 (aproximadamente), la que cocinó mi mamá al estilo okinawense. 
Y en Tenshi, el servicio por delivery era de 10 soles, creo, según la zona.

Como yo vivo más cerca de Tenshi que de la dulcería Tsukayama, entonces me salía más a cuenta comprarlos ahí, además que para fechas especiales (léase obón, año nuevo), existe servicio de delivery.

Pero esta comida solo era para agasajar a los verdaderos invitados, es decir, a mis abuelos y papá ya fallecidos. Faltaba la comida para compartirla con mis familiares, pero felizmente, que ellos prepararon comida típica japonesa, que en el siguiente post lo estaré compartiendo.

ARTÍCULOS DE INTERÉS:
El Tanabata de Okinawa, por Munetaka Ganaha

Y para quienes quieren visitar las tiendas:
Dulcería Tsukayama
Jr. Ucayali 628- Lima


Tenshi 
Av. La Mar 1963- Pueblo Libre

miércoles, 27 de julio de 2011

4 SIGNIFICA "MUERTE"; PERO 444, ¡FELICIDAD!

Ayer me acordé de un chiste que hace muchos años atrás había leído sobre un okinawense que llegó al Perú, quien sin saber nada de español, toma un taxi. Después de recorrer varias calles, se dio cuenta que ya estaba muy cerca de donde quería bajar. Se acerca al taxista y le dice que quiere bajarse (en japonés): “¡Kochi tomare!”. Naturalmente, el okinawense se bajo del taxi con un ojo morado. (Y aunque no lo crean, "kochi tomare" no es una invención, es japonés, porque "kochi" こち viene de "koko" ここ que significa "aquí" y "tomare" 止まる es "detenerse".)

Como este, hay tantos ejemplos de frases que coinciden con otras en otros idiomas, en donde se juega mucho con la fonética (por ejemplo, la similitud de sonidos) o la semántica (por ejemplo, los casos de palabras con doble sentido, como en el chiste que hemos visto) para crear situaciones jocosas o simplemente, utilizarlas como recursos estilísticos. 

En el caso del español, seguramente habremos escuchado muchos ejemplos en donde se puede jugar con las palabras (ya sea en el sonido, forma o significado), y en el japonés (así como en todos los idiomas) también se hace lo mismo, solo que en el caso del japonés, este juego de palabras se refleja mucho en las supersticiones. (Este juego de palabras al que me estoy refiriendo se denomina paranomasia en el mundo de la literatura, en donde se usan palabras con sonidos iguales o parecidos pero cuyos significados son totalmente distintos).

El pueblo japonés es muy supersticioso y refleja la influencia que tiene la religión en la vida cotidiana, y es en el idioma en donde podemos apreciarlo claramente. Estas supersticiones se centran en el término “muerte” y términos relacionados a éste.

Por ejemplo, el número 4 es considerado en Japón como un número de mala suerte, porque el 4 se lee en japonés “shi” 四, que es similar al kanji de muerte (shi) 死, y por eso se evita, por ejemplo, colocar 4 piezas de sushi en un plato; y ahora se prefiere pronunciar el 4 como “yon” en lugar de “shi”. Al igual que el 4, el 9 también tiene una connotación negativa. El sonido del 9 es "ku" , (y ahora se prefiere pronuciarlo como “kyu”), que se asemeja a "ku" 苦, que es dolor, sufrimiento.

Por eso muchas veces he escuchado que es un mal augurio vivir en una casa cuya denominación sea 4, es decir, si sumamos todos los números de la numeración de una casa hasta llegar a un solo dígito y coincidentemente es 4, nos dicen que la casa está más propensa a males. Por ejemplo, si la numeración de una casa es 346, se suma cada dígito hasta llegar a uno solo, así 3+4+6= 4.

Pero no solamente se ve a estos números aislados como portadores de mala suerte o infortunios, sino que si se unen con otros números (aunque no sean ni el 4 ni el 9) que al pronunciarlos juntos nos recuerdan a frases funestas, los japoneses prefieren evitar dichos números o frases; por ejemplo, en los hospitales se evitan todos aquellos números que al pronunciarse se asemejan a los términos "muerte" o "dolor", mayormente combinaciones con 4 y 9.

En el caso de la combinación de números que se tratan de evitar, tengo aquí una pequeña muestra (lo que está en paréntesis, muestra la pronunciación en japonés):

- 24: ( 二十四 ni jyuu yon/ ni jyuu shi), significa "muerte doble" si lo leemos como "dos cuatro", es decir, "ni shi".
 
- 33: (三十三 san jyuu kyuu), pero si lo pronunciamos como “tres tres” en japonés sería “san zan”, que significa también 散々"penoso", "terrible".
- 42: (yon jyuu ni): que es un caso parecido al 24.
Para quienes están aprendiendo japonés, seguramente encontraran ciertas dificultades para memorizarse algunos contadores (números para contar objetos planos, objetos alargados, papeles, etc.) porque el 1, por ejemplo, se pronuncia "hitotsu", "ippon", etc. y todos significan "1" y en el caso del 4, hay un ejemplo supersticioso, cuando hay 4 personas no se dice "shi nin", sino "yo nin", porque "shinin" 死人 significa "cadáver".

- 43 (shi zan) 死産, que significa "nacimiento de un niño muerto", "no nacido", y por esto, este número tiene un significado malo en una maternidad.

- 49: (yon jyuuku/ shi jyuuku) 四十九, que no solamente significa “49”, sino que su pronunciación se parece a la frase: “morir con dolor”.

Pero no todo son números negativos, sino también existen números de la buena suerte. Por ejemplo, el numero 8 es considerado el más auspicioso, puesto que se escribe así: (hachi), lo que hace recordar la forma triangular de una montaña, símbolo de buena suerte en Japón.

El número 4 también llega a convertirse en un número de buena suerte, pero solo si juntamos tres números 4, es decir: 444, eso se dice en japonés しを合わせる” (juntar el 4”)suena muy similar a shiawase 幸せ, que significa felicidad o buena suerte.


El número 7 también es considerado de buena suerte, puesto que se deriva de la creencia en los siete dioses de la fortuna, denominados "Shichifukujin" 七福神. 

Así vemos como las supersticiones influyen no solo a los objetos (por ejemplo, gatos negros, espejos rotos, etc.) sino también a los números. Y estos números considerados de mala suerte influyen en casi todos los aspectos de la vida del pueblo japonés y vemos, por ejemplo, los famosos "yakudoshi" 厄年, que son las edades críticas en las que las personas deben tener más cuidado. Por ejemplo, cuando el hombre cumple 25, 42 y 61 y la mujer, 19,33 y 37, se dice que debe cuidarse más porque está más propenso a enfermedades, accidentes o infortunios. Aquí vemos que varios números considerados de mala suerte, son considerados también como edades críticas.


Para saber un poco más:

viernes, 8 de julio de 2011

MENÚ AL PASO: YUQUITAS CON UDÓN EN EL BARRIO CHINO / A STALL-STYLED MENU : YUQUITAS WITH UDON AT CHINATOWN

Hoy me fui al Mercado Central para hacer unas compras. Había escuchado que en el Mercado Central uno puede conseguir papeles, cristalería e incluso cosméticos de calidad a bajo precio (porque ahí lo venden al por mayor y menor); pero como el tráfico de la Av. Abancay es tan caótico y hay tanta gente caminando por ahí, nunca me decidía para ir. Pero leyendo un blog sobre moda que tiene muchos posts sobre reviews de cosméticos y productos de belleza que venden en Lima, y en donde menciona que en el Centro de Lima se puede comprar de todo, me animé a ir. 

Realmente no estuvo tan mal, solo que el tráfico es un caos y los carros avanzaban tan lentamente que hasta una tortuga los podía ganar. Pero llegamos sanas y salvas (porque fui con mi madre) y aunque el taxi no nos pudo dejar en la misma calle Andahuaylas (por la cantidad de gente que hay), decidimos bajarnos en pleno cruce de la Av. Abancay con Ucayali. Caminamos hasta llegar al Jr. Andahuaylas y compré todas las cosas que necesitaba comprar y me ahorré como 10 soles (sale a cuenta si uno compra varias cosas del mes, por ejemplo, un shampoo que en los supermercados me cuesta 15 soles, aquí lo compré a 13 soles; un bálsamo para labios que lo ví a S/. 7.40 en los supers, aquí lo compré a S/. 5.60). 

This morning I went to Mercado Central (Central market, in Lima downtown) for shopping. I have heard that papers, glassware and even quality make-up can be found at lower prices in Mercado Central (because they are sold in wholesale and retail there); but since the traffic at Abancay avenue is so chaotic and there is too many people walking around, I have never decided to go there. But, after reading a fashion blog, which has many posts about reviews of make-up and beauty products selling in Lima and tells that anything can be bought in Lima downtown, so I decided to go. 
 
Actually, it was not so bad, just that there was a chaotic traffic and cars move so slowly that even a turtle could pass them. But we arrived safe and sound (because my mother joined me) and although the taxi could not take us up to the Andahuaylas street itself (due to the number of people walking there), we decided to stepped off in the middle of the crossing of the Abancay avenue with Ucayali . We walked until get to Andahuaylas street and we bought all the stuff I needed to buy, and I saved almost 10 soles (it is a big saving if we buy many stuff for the month, for example, at supermarket a shampoo bottle costs 15 soles, there I bought it for 13 soles; a lipstick sold at supermarkets for S/. 7.40, there I bought it for S/. 5.60).


Esto es todo lo que llevé para ir al Barrio Chino: una bolsa de compras, mi celular, mi monedero y mis llaves.
(los alrededores del Barrio Chino no son tan peligrosos, pero siempre hay que ser precavidos, así que mejor no llevar carteras o bolsos, billeteras y solo llevar lo imprescindible, sobretodo si vamos de compras, y vestir con ropa muy deportiva; así estaremos más cómodos y nos sentiremos como en casa).
This is what I took to the Chinatown (as Mercado Central is also called, due Chinatown is very near to the Mercado): a shopping bag, my cell phone, my purse and my keys.
(The Chinatown’s surroundings are not so dangerous, but we always should be careful, so it is advisable to take no bags, wallets and only essential stuff, especially if we go for shopping. So, we would be more comfortable and feel like at home).


Y como estábamos en el Centro, decidimos darnos una vuelta por los alrededores. Por Paruro, encontramos una tienda que venden productos chinos y también japoneses, que se llama Kenex Corp. Ahí encontré productos a muy buenos precios, comparándolos con los del supermercado. Por ejemplo, encontré una sopa instantánea de Udón, que son unos fideos gruesos y tiene dos sobrecitos, uno con algas marinas, trozos pequeños de verduras disecadas y el otro sobrecito, con el saborizante (es para darle un sabor a mariscos y tiene picante, pero yo solo uso menos de la mitad del sobre porque pica demasiado, más que el tabasco). Y aunque el producto es de origen coreano, los fideos son tipo Udón, un fideo típico japonés. (este me costó S/.2.90, y en los supermercados lo venden a S/. 3.70, es decir, hay un gran ahorro). 

And, since we were walking around the downtown, we decided to walk around the surroundings. By Paruro street, we found a store selling Chinese and also Japanese products, named Kenex Corp. There we found products at good prices, in contrast with those of the supermarket. For example, I bought an instant Udon noodle soup, which are thick noodle dehydrated soup and contains two sachets, one with seaweed, pieces of dehydrated vegetables and the other sachet with the seasoning (it is for giving it a shellfish flavor and also it is spicy, but I only use less than half a sachet, because it is very spicy, even more than Tabasco sauce). And although the product comes from Korea, the noodles are Udon type, a typical Japanese noodle (it costed me S/.2.90 and, it is sold at S/. 3.70 at supermarkets, that is, it is a big saving!).
Las bolsas con las compras que hice, la bolsa negra contiene las compras de los cosméticos, champús, etc., mientras que la blanca, es la que contiene los productos japoneses, la que estamos detallando.

The plastic bags with the stuff we bought. The black one contains the make-up products, shampoos, etc., while the white one contains the Japanese products, which are detailed above.

También encontré wakame, que son algas disecadas, más gruesas que el nori y que se usan para hacer saltados de verduras o en sopas, y me costó S/.4.30. Y también compré ajonjolí tostado a S/. 4.10, que a mí no me gusta mucho, pero mi mamá sí, y ella lo usa para comerlo con arroz (tipo furikake), espolvorearlo a las sopas, etc. (quería comprar el ajonjolí negro pero estaba 20 soles, así que mejor me quedaba con el simple. El ajonjolí negro lo probé en Japón en una cadena de ramen-ya, preparado en sopas, donde mezclaron ajonjolí negro con el caldo y agregaron los fideos, el trozo de cerdo, etc. El sabor no era tan fuerte, y tenía un color muy oscuro por el ajonjolí negro molido, pero era muy nutritivo. Hasta ahora no he encontrado ningún lugar en Perú que lo preparen). 

Also, we found wakame, which are dehydrated seaweed, thicker than nori and is used in sautéed vegetables or in soups, and it costed us S/.4.30. And also, we bought toasted sesame at S/. 4.10, which I do not like it so much, but my mother does, and she eats it with rice (like furikake), powdered in soups, etc. (She wanted to buy black sesame, but it was 20 soles, so we bought rather the plain sesame. The first time I ate black sesame was in Japan in a ramen chain store, which was prepared in soup, in which black sesame was mixed with the stock and noodles; also, a slice of pork meat was added, etc. Its taste was not so stronger, and its color was very dark due to the ground black sesame, but it was very nutritious. Until now, I have found no place in Peru where it is prepared). 


La sopa instantánea con fideos udón (empaque naranja), wakame (empaque verde) y el ajonjolí tostado.
Todos fueron comprados en Kenex Corp.: Jr. Paruro 869.

The instant Udon noodles soup (orange package), wakame (green package) and toasted sesame.
Everything was bought at Kenex Corp.: Jr. Paruro 869.
Y ya como era mediodía, y a mi no me gusta los chifas, fuimos a comprar udón al paso. Si, udón al paso. Así como en el centro de Lima venden los famosos caldos de gallina en los restaurantes al paso (asi los llamo porque no son restaurantes grandes y el servicio no es como de un restaurante, sino que parece que estuviéramos comiendo en una carretilla pero dentro de un local, aunque debo de aclarar que los locales son limpios), en el Barrio Chino encontramos que venden udón en la dulcería Tsukayama  a S/. 6
Parece un cup ramen, pero no lo es. ¡Es un "udón-nikkei" al paso!
It looks like a cup ramen, but it is not, It is a Nikkei styled Udon al paso!
And since it was noon, and I do not like Chifa (Peruvian styled Chinese food), we went to buy udon al paso (“al paso” means food eaten in stalls on streets). Yes, udon al paso. Like in Lima downtown the famous chicken soup is sold at restaurants al paso (as I called them, because they are not large restaurants and the service provided there is not like of a restaurant, and it seems we are eating in a stall. Although I should say that these places are clean), we found that udon are sold at Tsukayama pastry at S/. 6 at the Chinatown.

Es una sopa contundente, que tiene caldo de gallina con trocitos de kión, fideos udón (un poco diferentes a los de Japón, porque éstos eran gruesos pero aplanados, casi parecidos a los tagliatelles, mientras que los originales son gruesos y redondeados), pedazos de kamaboko (hechos de pescado) y de tortilla, y con trocitos de cebollita china finamente picados. 
It is a satisfying soup, which is made up of chicken stock with pieces of ginger, Udon noodles (with a little different looking from those of Japan, because they are thick but flat, looking like the tagliatelle, while the original Udon are thicker and rounded), slices of kamaboko (made up of fish) and little pieces of omelet and scallion, finely chopped.

Pero la oferta no acaba ahí, sino que además te dan una bolsita con aproximadamente cuatro piezas de yuca frita. ¡Qué tal fusión! un tradicional udón japonés con unas limeñísimas yuquitas fritas que nos recuerdan a los ambulantes del Centro de Lima.


But it is not all the offer, because it comes also with a bag containing approximateley four pieces of fried yuquitas (dough made from cassava). ¡What such a mix! A traditional Japanese Udon with some very Limenian yuquitas remembering us to the stall of the Lima downtown.

Vista de una yuquita, es bastante grande y es muy esponjosa (y grasosa, porque es frita)
View of a yuquita, it is quite large and so spongy (and greasy, because it is fried)
Vista interior de la yuquita, la consistencia es suave, pero medio chiclosa, debido a la yuca 
View of the interior of a yuquita, it has smooth consistency, but a little chewy, due to the cassava

Nosotras lo compramos todo para llevar (porque el local era muy pequeño y ya estaba lleno) y al llegar a casa, nos dimos cuenta que realmente llena (no he podido terminar toda la sopa, creo que es por haber comido todas las yuquitas frutas, que aunque están muy grasosas, son muy adictivas).

La tienda no solamente vende udón y yuquitas fritas, sino que venden okashi o dulces japoneses de todo tipo, sushi y todos los dulces y comida típica para las celebraciones de obón, año nuevo y misas conmemorativas (es decir, especialmente para aquellas familias que tienen butsudan en casa). El anterior dueño era nikkei, pero luego traspasaron el negocio a un señor peruano y que no tiene nada de japonés, aunque aseguran que los dulces son preparados por el mismo dueño, es decir, Tsukayama (seguro que por eso "crearon" este menú tan singular, el "udón-yuquita", que mezcla lo japonés con lo peruano, aunque más bien creo que es una fusión totalmente nikkei, lo que significa algo japonés "peruanizado").


Si alguien pasa por el Barrio Chino, no solamente encontrarán los tradicionales chifas o tiendas de comestibles chinos, sino que también encontrarán lugares como el que he ido en donde pueden encontrar algo japonés, o mejor dicho, algo nikkei.


Restaurante Dulcería Tsukayama
Jr. Ucayali 628

(por un caso, no tengo ninguna relación con el dueño anterior de este establecimiento, a pesar que compartimos el mismo apellido)

We bought them for take-out, (because the place was very small and even crowded) and when getting home, we realized that these udon soups satisfied us actually (I could not eat all my soup, because I had eaten all the fried yuquitas, I guess; which, despite being very greasy, are very addictive).
That pastry store does not only sell udon and yuquitas, but also all type of okashi or Japanese sweets, sushi and all sweets and typical food for the festivities of obon, new year and commemorative masses (that is, especially for those family with a butsudan at home). The previous owner was Nikkei, but then the business was transferred to a Peruvian man who has nothing of Japanese backgrounds, although the people working there assure that the sweets are prepared by the previous owner, that is, Mr. Tsukayama (perhaps, that would be the reason they “create” a so singular menú, the "udon-yuquita", which mixes the Japanese with the Peruvian. Although I believe rather that it is a totally Nikkei mixing, which means something “Peruvianized” Japanese).
If someone passes by Chinatown, he will not only find the so traditional Chifas or Chinese grocery stores, but also find places as we had found, in where “something” Japanese, or rather, “something” Nikkei can be found there.

Tsukayama pastry and restaurant
Jr. Ucayali 628

(just for a case, I have no relationship with the previous owner of that store, despite we share the same surname)

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