En los "no muy lejanos" años 80-90,
en un típico hogar uchinaanchu peruano,
vivíamos nosotros,
que solíamos usar la "ropa de casa":
toda desteñida, mal combinada y con un estilo "¿quién--me-va-a-ver?"
De pronto, "ding, dong", sonó el timbre.
Dejábamos de hacer lo que estamos haciendo,
nos mirábamos y
¡rápido que subíamos a cambiarnos!
"¡Visita!", "¡Apura, cámbiate!", "¡Tu abre la puerta!", "¡No, tu!"
Y quien terminaba de cambiarse primero,
era quien abría la puerta.
"!Ah!, ¡Hola!, Pasa, pasa".
Y entraba la visita.
Generalmente, quien abría era mi mamá.
Y nosotros, bien tímidos, nos quedábamos en los dormitorios.
"Ya bajen", decía mi mamá.
A propósito de la calidez uchinaanchu, en mi casa sí que nos esforzábamos por dar nuestra mejor cara.
Mi mamá sacaba gaseosa, galletas, cortaba hasta el panetón y si no lo comían, de nuevo a la bolsa.
"Mottainai"...
Y hasta en la ropa, que la cambiábamos por una más decente, para dar la mejor impresión.
Y cuando se iba la visita, ¡uff!
Otra vez a cambiarnos, por la ropa "¿quién-me-va-a-ver?".
Aquí comparto una foto actual, en donde está mi felpudo de ingreso (mis sandalias para salir a la cochera, mi gata que se cree pantufla y las sandalias de mi novio que vino de visita).
(Post publicado originalmente en el Facebook de Jiritsu el 26 de febrero de 2019).
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