En el Perú de la época colonial, y como en la mayoría de los países latinoamericanos, la raza negra se encontraba bajo el yugo del poder europeo, llegando al Perú en calidad de esclavos o sirvientes por el siglo XVI, y por la misma época, ocurría lo mismo en Japón.
(HACER CLICK EN LA IMAGEN PARA AMPLIARLA, HACER OTRO CLICK PARA VOLVER AL TAMAÑO ORIGINAL)
Una muestra del arte Namban (*), en donde se puede apreciar a africanos y europeos caminando en calles japonesas.
Imagen tomada de: Viático de Vagamundo |
Sí, así es. También llegaron africanos a Japón en el siglo XVI. Encontré poca información documentada sobre el tema en Internet, información que sea verídica o que por lo menos contenga un buen sustento teórico, y encontré un pdf titulado “Excluded Presence: Shoguns, Minstrels, Bodyguards, andJapan's Encounters with the Black Other” (“Presencia Excluida: Shogunes, Trovadores, Guardaespaldas y Encuentros de Japón con los Negros”) de John G. Russell (2007), y por otra parte, encontré otras páginas que no solo afirmaban estas inmigraciones, sino que también especulaban sobre los orígenes africanos de Japón o de la existencia de un samurai africano, simplemente en base a la comparación, mayormente a primera vista, de estatuas, pinturas o fotos antiguas o en base a documentos dejados por ciertos investigadores. Sin embargo, estas especulaciones fueron desarrolladas por personas afro-descendientes (según las páginas que visité) cuyo objetivo primordial es, al parecer, reivindicar a la raza negra en la historia mundial.
|
|
Al principio, pensé que podía considerarse como una posible teoría más (y que no se podría descartar) aquella la del origen africano de Japón o del samurai negro, pero revisando el pdf de Russell, así como las fotos mostradas anteriormente, pude comprobar que dichas especulaciones carecían de sentido.
En el caso del samurai negro, se hace referencia a Sakanoue Tamuramaro, quien fue un famoso samurai del siglo VIII, que combatió contra los rebeldes que se oponían al gobierno de los emperadores, como los Ainu o Emishi). Es el autor de una táctica militar muy ingeniosa y que recuerda en el festival o matsuri llamado “Nebuta Aomori” (en la prefectura de Aomori) cada año, en donde desfilan carrozas cubiertas de papel iluminadas en su interior, como una forma de revivir lo que hizo Sakanoue en aquella época, en donde colocó unos artefactos grandes como linternas en la cima de las montañas para llamar la atención de los rebeldes, y una vez que se acercaban a ver qué era aquello que brillaba en las montañas, los acorralaban y capturaban.
Se especula mucho sobre el origen real de Sakanoue, algunos investigadores dudan sobre sus raíces japonesas, e incluso afirman que tiene raíces coreanas o chinas, e incluso raíces ainu, incluso, hay investigadores de ascendencia negra que afirman que pudo tener raíces africanas, aunque esto último no es muy creíble por las deficientes evidencias presentadas, así como la hipótesis de budas con supuesto origen africano en todo el Japón (valiéndose solamente de la apariencia física de las estatuas que los representan).
Sobre este supuesto origen africano, se cuenta con escritos dejados por varios antropólogos e historiadores a inicios del siglo XX e incluso, se especula por el simple hecho de haber visto una estatua del samurai, en donde aparece con supuestos rasgos africanos (cabello ensortijado, nariz ancha). En este punto también destacan la peculiaridad de la raza ainu, que físicamente son distintos a los japoneses (mayor vellosidad, rasgos faciales más marcados, etc.), y por el hecho de tener mayormente una piel más oscura y lucir mayor vellosidad (como largas barbas o poseer más vellosidad corporal que los protege naturalmente del frío de Hokkaido), ya muchos argumentan que los ainu tienen ascendencia africana más que japonesa.
Aunque sea falso, esta afirmación (sobre las raíces africanas de Sakanoue Tamuramaro o los ainu) hace que se considere la posibilidad que los africanos llegaron a las costas japonesas antes de la llegada de los europeos y, como veremos más adelante, se sugiere que la presencia documentada de africanos en el Japón del siglo XVI no estaba limitada a la función de servidumbre y esclavitud, como pasó en el Perú.
Sakanoue no Tamuramaro 坂上田村麻呂 Imagen tomada de: http://gabumomi.tumblr.com/post/82511811/candyballs-99-copyright-2009 |
Sobre este supuesto origen africano, se cuenta con escritos dejados por varios antropólogos e historiadores a inicios del siglo XX e incluso, se especula por el simple hecho de haber visto una estatua del samurai, en donde aparece con supuestos rasgos africanos (cabello ensortijado, nariz ancha). En este punto también destacan la peculiaridad de la raza ainu, que físicamente son distintos a los japoneses (mayor vellosidad, rasgos faciales más marcados, etc.), y por el hecho de tener mayormente una piel más oscura y lucir mayor vellosidad (como largas barbas o poseer más vellosidad corporal que los protege naturalmente del frío de Hokkaido), ya muchos argumentan que los ainu tienen ascendencia africana más que japonesa.
Aunque sea falso, esta afirmación (sobre las raíces africanas de Sakanoue Tamuramaro o los ainu) hace que se considere la posibilidad que los africanos llegaron a las costas japonesas antes de la llegada de los europeos y, como veremos más adelante, se sugiere que la presencia documentada de africanos en el Japón del siglo XVI no estaba limitada a la función de servidumbre y esclavitud, como pasó en el Perú.
Midori Fujita, catedrática de la Universidad de Tohoku, determina que el número de africanos en Japón por el siglo XVI superaba la centena, llegando en calidad de sirvientes, esclavos, asistentes, marineros, soldados e intérpretes y hasta animadores o artistas y que no solamente se encontraban al servicio de los europeos, sino también de los japoneses.
Ante este panorama, podría considerarse también la existencia de casos de miscegenación (o relaciones interraciales), como en toda sociedad, como así lo demostraría una investigación “casual” que tuvo Mansell Upham, historiador y ex-diplomático sudafricano en la Embajada de Sudáfrica en Tokyo en la década de los 90, quien realizaba una investigación sobre las familias europeas en Sudáfrica y descubrió la existencia de un “Anthony Moro de Japón”, registrado como el hijo de una madre japonesa y de un padre “Moro” y quien fuera vendido a un colono europeo en Ciudad del Cabo en el año 1701. Y si bien, el término “moro” es muy ambiguo, puesto que no se puede determinar si realmente se refiere a un africano negro o a un musulmán, hace que este hallazgo se convierta en una indudable probabilidad.
Pero lo no se puede dudar, es que existe documentación que certifica que ya en el siglo XVI existía inmigración africana hacia Japón debido a los contactos que mantenía con comerciantes portugueses y holandeses que traían africanos a Japón como sirvientes o esclavos, en forma similar a lo que paralelamente pasaba en Perú.
|
Foto sin datos, japonés o samurai con posiblemente sus hijos o su esposa e hijo (Imagen disponible también en pinterest) |
Ante este panorama, podría considerarse también la existencia de casos de miscegenación (o relaciones interraciales), como en toda sociedad, como así lo demostraría una investigación “casual” que tuvo Mansell Upham, historiador y ex-diplomático sudafricano en la Embajada de Sudáfrica en Tokyo en la década de los 90, quien realizaba una investigación sobre las familias europeas en Sudáfrica y descubrió la existencia de un “Anthony Moro de Japón”, registrado como el hijo de una madre japonesa y de un padre “Moro” y quien fuera vendido a un colono europeo en Ciudad del Cabo en el año 1701. Y si bien, el término “moro” es muy ambiguo, puesto que no se puede determinar si realmente se refiere a un africano negro o a un musulmán, hace que este hallazgo se convierta en una indudable probabilidad.
Pero lo no se puede dudar, es que existe documentación que certifica que ya en el siglo XVI existía inmigración africana hacia Japón debido a los contactos que mantenía con comerciantes portugueses y holandeses que traían africanos a Japón como sirvientes o esclavos, en forma similar a lo que paralelamente pasaba en Perú.
El caso mejor documentado es el de Yasuke, un mozambiqueño que fue traído a Japón por el jesuita italiano Alessandro Valignano quien lo presentó a Oda Nobunaga en 1581 para que sea su asistente. Se dice que la reacción por parte de los japoneses hacia Yasuke fue de curiosidad, incluso para Nobunaga, quien llegó al punto de desnudarlo y bañarlo, para cerciorarse por sí mismo que ese era su color natural.
El caso de Yasuke muestra que ya a fines del siglo XVI, existe un caso documentado sobre un africano en Japón. Sin embargo, se dice que, así como hubo intercambio comercial entre Japón con China, Corea o Portugal, entre otros, antes del siglo XVI, se dice que también pudo ocurrir una inmigración anterior, debido a los intercambios comerciales que tenia China con África durante las dinastías Tang y Song desde el siglo VII, y con los cuales pudo propiciar la llegada de algunos africanos a Japón.
A través de un documento de casi fines del siglo XVII, se cuenta la existencia de una persona negra, aparentemente africano que llegó a Japón a través de Corea: “en el país de Inabata (prefectura de Tottori), existió un hombre de siete pies de alto. Provenía del país de “kuro”. Fue capturado en la guerra de Corea [1592— 1 5 98] y traído a Japón. Su color era como el del hollín y las personas lo llamaban kurombo”.
(* 7 pies = 213 cm).
"Kurombo", es un término que se utilizaba, e incluso hasta nuestra era, puesto que dentro de mi familia también llegué a escuchar el término “kurombo” ("negrito") por parte de mi oba, quien siempre nos decía, que si queríamos referirnos a un “kurombo” que estaba cerca de nosotros, debíamos decir “shirombo”, que significaría “blanquito” para que “no se diera cuenta” de que estamos hablando de esa persona. Y esto era porque mi oba decía que muchas personas (peruanas, sin descendencia japonesa) ya sabían lo que significaba kurombo y era mejor decir lo contrario, para "no ofender" a esa persona.
Pero no solamente existe el término japonés "kurombo" para referirse a las personas negras, sino que también se utilizaban téminos como "kurobo", "kuroboshu" y "kurosu", que eran usados para referirse a los forasteros de piel oscura en Japón. Este último término (kurosu) fue utilizado en el siglo 16 para identificar a los africanos negros, pero ya para el periodo Edo (1603-1867) incluía también a todas las personas de piel oscura.
Hay otro término en japonés, "konrondo" ("esclavos negros"), que se deriva de los ideogramas chinos para kunlun-un 崑崙奴, “esclavos de Kunlun"), que originalmente Kunlun 崑崙se refería a una legendaria cadena de montañas que se creía que cruzaba partes del Tibet y la India y que por el siglo IV se aplicaba a las tribus fronteriza, Khmers y en el siglo VIII a los malayos y africanos. Este término “korondo” se refería a los indios del este, y posteriormente incluía a árabes y africanos. Es decir, a medida que los conocimientos geográficos de China se expandía, así también lo hacía este término, que se aplicaba en forma general a las personas del sudoeste de China.
Volviendo al término "kurombo", que es una forma despectiva de referirse a las personas negras o de piel oscura, el antropólogo Wagatsuma afirma que este término se deriva de Colombo (ciudad de Sri Lanka, antes llamada Ceilán), porque los sirvientes de piel oscura que se encontraban en los barcos holandeses fueron identificados como gente de Colombo”. Un término más neutral y no tan despectivo como "kurombo", sería "kokujin" (koku= negro, jin= persona).
Hasta ahora, se puede encontrar cierta similitud con el caso peruano: africanos traídos al Perú como esclavos o sirvientes y que se relacionan con la gente local (posible miscegenación en Japón), pero hay un hecho que lo hace diferente, puesto que dice que estos esclavos también podían tener, a su vez, a sus propios esclavos (incluso, esclavos japoneses) fuera del territorio japonés, según los ejemplos mostrados a continuación. Según un aspirante al grado de licenciado, Eric Clemson, sugirió en su tesis de grado que esclavos privilegiados de África y del Este de India tenían, a su vez, esclavos y amantes japoneses, así como lo hacían sus dueños europeos antes de la prohibición de la esclavitud japonesa por parte de Toyotomi Hideyoshi a fines del siglo XVI. A finales de 1598, el misionero portugués Luis Cerqueria informó: "Incluso los lascares (marinos de la India) y los criados de los portugueses compran y se llevan a esclavos [Japoneses]. Se observa que muchos de ellos mueren en el viaje, debido a que son hacinados unos con otros, y en caso que los dueños enfermen (quienes frecuentemente eran cafres y negros de los portugueses), los esclavos no son atendidos. Estos criados dieron un escandaloso ejemplo al vivir en libertinaje con las chicas que compraba, y a quienes las metían en sus cabinas en su viaja a Macao".
En ese sentido, se menciona (en la Encyclopaedia of Africa, editado por Kwame Anthony Appiah, Henry Louis Gates, y otros) que en Macao, entre los siglos XVI y XVII, incluso los africanos y malayos tenían esclavos japoneses que habían sido vendidos por los portugueses, quienes previamente los habían raptado y vendido como esclavos fuera de Japón. Sobre este tema, no pude encontrar mayor referencia bibliográfica disponible en internet. Puede ser que este tema (esclavos comprando a otros esclavos japoneses) nos remita a casos aislados o a simples hipótesis que no cuenta con mayor referencia.
Sea como fuere el caso, resulta interesante saber que, así como escribí en un post anterior, existe similitud entre la historia del Perú como Japón, y en este caso, el de africanos traídos a Japón y a Perú casi en la misma época (siglo XVI), que si bien, en ambos casos presenta documentación que así lo confirma, puede ser que también haya ocurrido mucho tiempo atrás y que permanezca en el anonimato.
Volviendo al término "kurombo", que es una forma despectiva de referirse a las personas negras o de piel oscura, el antropólogo Wagatsuma afirma que este término se deriva de Colombo (ciudad de Sri Lanka, antes llamada Ceilán), porque los sirvientes de piel oscura que se encontraban en los barcos holandeses fueron identificados como gente de Colombo”. Un término más neutral y no tan despectivo como "kurombo", sería "kokujin" (koku= negro, jin= persona).
Hasta ahora, se puede encontrar cierta similitud con el caso peruano: africanos traídos al Perú como esclavos o sirvientes y que se relacionan con la gente local (posible miscegenación en Japón), pero hay un hecho que lo hace diferente, puesto que dice que estos esclavos también podían tener, a su vez, a sus propios esclavos (incluso, esclavos japoneses) fuera del territorio japonés, según los ejemplos mostrados a continuación. Según un aspirante al grado de licenciado, Eric Clemson, sugirió en su tesis de grado que esclavos privilegiados de África y del Este de India tenían, a su vez, esclavos y amantes japoneses, así como lo hacían sus dueños europeos antes de la prohibición de la esclavitud japonesa por parte de Toyotomi Hideyoshi a fines del siglo XVI. A finales de 1598, el misionero portugués Luis Cerqueria informó: "Incluso los lascares (marinos de la India) y los criados de los portugueses compran y se llevan a esclavos [Japoneses]. Se observa que muchos de ellos mueren en el viaje, debido a que son hacinados unos con otros, y en caso que los dueños enfermen (quienes frecuentemente eran cafres y negros de los portugueses), los esclavos no son atendidos. Estos criados dieron un escandaloso ejemplo al vivir en libertinaje con las chicas que compraba, y a quienes las metían en sus cabinas en su viaja a Macao".
En ese sentido, se menciona (en la Encyclopaedia of Africa, editado por Kwame Anthony Appiah, Henry Louis Gates, y otros) que en Macao, entre los siglos XVI y XVII, incluso los africanos y malayos tenían esclavos japoneses que habían sido vendidos por los portugueses, quienes previamente los habían raptado y vendido como esclavos fuera de Japón. Sobre este tema, no pude encontrar mayor referencia bibliográfica disponible en internet. Puede ser que este tema (esclavos comprando a otros esclavos japoneses) nos remita a casos aislados o a simples hipótesis que no cuenta con mayor referencia.
Sea como fuere el caso, resulta interesante saber que, así como escribí en un post anterior, existe similitud entre la historia del Perú como Japón, y en este caso, el de africanos traídos a Japón y a Perú casi en la misma época (siglo XVI), que si bien, en ambos casos presenta documentación que así lo confirma, puede ser que también haya ocurrido mucho tiempo atrás y que permanezca en el anonimato.
(*) ARTE NAMBAN: "Las primeras pinturas de Occidente llegaron a Japón
por medio de los misioneros jesuitas en 1549. Se sabe que San Francisco
Javier enseñó una pintura de la Virgen a los primeros japoneses con los
que trató, y quedaron admirados. En seguida fue necesario crear
academias de arte, en que los japoneses empezaran a pintar en estilo
occidental, uniendo las características propias de su tradición al nuevo
estilo artístico. Esto dio origen a la Escuela Namban de
pintura. En ella hay una mayoría de obras de temas religiosos, pero
también surgieron pronto pinturas de temas no religiosos, en las que los
artistas podían expresarse con más libertad. Entre estas obras están
los Namban Byobu que describen la llegada de los barcos
occidentales a Japón, y en ellas se resaltan las cosas de Occidente que
más llamaban la atención a los japoneses. No hubo tiempo, por razones
históricas, de que llegara a formarse con total perfección un pintura en
que se dieran los elementos del arte de Oriente y Occidente, que
hubiera sido una de las escuelas más interesantes de toda la historia
universal del arte. Pero quedan algunas obras de esta Escuela Namban, de una enorme originalidad en Japón. (Texto tomado de Japan Foundation, Madrid)
FUENTES:
FUENTES:
- RUSSELL, John G. “Excluded Presence: Shoguns, Minstrels, Bodyguards, andJapan's Encounters with the Black Other”. Japón. KURENAI : Kyoto University Research Information Repository. Universidad de Kyoto. 2007.
- ENCYCLOPAEDIA OF AFRICA. Editado por APPIAH, Kwame Anthony y GATES, Henry Louis, Jr. Oxford University Press, 2010
- REAL HISTORY WORLD WIDE