domingo, 23 de enero de 2011

EL BUTSUDAN: HISTORIA Y CREENCIAS DE OKINAWA (II PARTE) / BUTSUDAN: HISTORY AND BELIEVES FROM OKINAWA (PART II)


Como ya se vio en la primera parte de este artículo, las creencias okinawenses sobre el mundo sobrenatural o no tangible es muy arraigado, y es así que muchas costumbres relacionadas a ellas se practican aún (tanto en Okinawa así como en Perú y otros países latinoamericanos mayormente, en donde hay una mayor concentración de descendientes okinawenses). 

Hay que destacar que en Okinawa existen una creencia muy arraigada en el más allá y la vida después de la muerte; y así se puede encontrar muchos festivales de origen budista relacionados con la veneración a las almas o espíritus de los fallecidos: el obon (en uchinaguchi  llamado bun o bung 盆, shichigachi o hichigwachi 七月, sooroo o sooron 精霊); el seimei 清明(en uchinaguchi siimii), que se celebra en el segundo mes del calendario lunar cuando los familiares visitan la tumba para orar y colocar ofrendas; el día de los muertos en año nuevo (en uchinaguchi, jurukunichi, que se celebra el día 16 del primer mes del calendario lunar); y el festival de las estrellas o Tanabata (celebrado el sètimo día del sétimo mes del calendario lunar).

Hasta antes del siglo XX, no se celebraba el obon en algunas aldeas en las islas Miyako (al sur de Okinawa) ni tampoco se usaban altares como el kamidana ni las tablillas o ihai. Como ya se vio en un artículo anterior, Okinawa tenía sus propias costumbres e incluso un ritual de veneración a sus difuntos, que era muy parecido al obon.

Este obon estilo okinawense consistía también en visitar la casa de sus padres o abuelos (llamados la familia-núcleo) en el décimo día del octavo mes lunar. Además, por esta fecha, se creía que los fantasmas venían a la tierra a deambular.

Existe una diversidad de costumbres y ritos que se practican durante los 33 años que se piensa que el alma del fallecido alcanza su plenitud, es decir, llegar al estado de divinidad o al Cielo. Sin embargo, existe muchas variantes en estos ritos que cambian de acuerdo a la región en Okinawa que, por la falta de fuentes históricas (por ejemplo, textos antiguos) en donde estén registradas estas prácticas o por la adaptación del folclore local que ha sido transmitida de generación en generación, hacen que no exista una uniformidad en la realización de estos ritos.

En Japón mismo, no se realizan estas prácticas, puesto que son parte del folklore animístico (aunque varios la denominan chamanístico de Okinawa y no como una derivación pura del budismo o shintoísmo japonés).

Esta vez, voy a tratar sobre el aniversario No 33, que es cuando decimos que “ya todo acabó” (pero para sus deudos, porque realmente, para el alma del fallecido, recién inicia su otra vida, la de la plenitud).

Y cuando se cumplen 33 años de fallecido, ¿qué se hace?

Después de los 33 años de fallecimiento, en Okinawa se acostumbra a colocar los restos óseos del fallecido (que fueron colocados en una jarra especial con su nombre) en un osario donde se encuentran los restos óseos de todos sus ancestros, ya mezclados entre sí. En este aniversario de fallecimiento número 33 se celebra la última misa a su nombre.

Las misas conmemorativas (1er, 3er, 7mo aniversario, etc.) son ritos de transición, en donde el alma del fallecido poco a poco se acerca al estado de divinidad, al cielo, y ya no se le ve como simplemente como una persona fallecida. Al llegar a los 33 años de fallecimiento, este último aniversario es celebrado como una fiesta para dioses y no como un ritual funerario. 

Se celebra con una misa y se acostumbra preparar un gran banquete, en donde se incluye todo tipo de dulces japoneses, comida en general y por supuesto, carne de cerdo. Y en caso que no se celebre esta última misa, se cree que el alma del fallecido deambulará eternamente por el mundo terrenal, recibiendo el nombre de gushoon’chu (en japonés, kousei no hito 後生の人).
Después del 33 aniversario, se cree que el alma del difunto ya no visita a sus familiares vivos durante el obon, puesto que ya se encuentra en el cielo.

Y sobre el alma del fallecido, ¿a dónde va? 

Las creencias okinawenses sobre el destino de los difuntos es muy diverso, pero se siempre se dice que van al cielo. El alma se denomina mabui o maburi, o también tamasu o tamashii; y se categoriza en dos clases: el de una persona viva, ichi mabui 生霊; mientras que el de un fallecido se le denomina shini mabui 死霊 (en japonés shiryou 死霊, literalmente, "espíritu muerto”).

Se cree que los espíritus de los fallecidos se van a un lugar llamado gushoo (en japonés goshou 後生; “después de la vida”). En algunos lugares se llama también gushoo a la tumba y también a un osuario general para los espíritus ancestrales. Aunque hay algunos que creen que el alma, al morir, permanece eternamente en la tumba (en uchinanchu haka mabui), hay una gran mayoría que cree que el alma de los fallecidos en su 33 aniversario, se van a vivir al más allá, que muchos piensan que se encuentra en el cielo.

Y es que esta última misa, la misa del 33 aniversario, es una forma de “dar un empujón” al alma para que vaya al cielo y se convierta en una divinidad.

En Okinawa se acostumbra preparar ofrendas especiales, como tempura (tipo de fritura) en forma de diferentes objetos voladores, como alas; o en otras partes de Okinawa, como en la isla Tokunoshima, norte de Okinawa, en donde se queman las hojas de un árbol especial, creyendo que así que el humo de las hojas guiarán al alma del fallecido hacia el cielo.

Puede parecer que exista una similitud con la concepción cristiana (ascender al cielo), pero existe la influencia irrefutable mayormente de la cultura china en la práctica de estos ritos.

Además, puede parecer que Okinawa sea una sociedad matriarcalmente jerarquizada, porque la conducción de estos ritos son realizados mayormente por las mujeres más ancianas de la familia y son ellas, o las yuta o medium, que se encargan de avisar a los demás miembros de la preparación o venida de esas fechas; pero se dice que las mujeres son las que se encargan de eso, porque ellas están hechas del ying, la esencia misma con la que está formada la carne, la sangre; mientras que el hombre está formado por el yang, la misma esencia con la que está formada los huesos, el semen.
Por ejemplo, el senkotsu o el ritual del lavado de los huesos, generalmente es realizado por una mujer, porque la materia corrompida (carne, sangre) ya no la puede afectar, a diferencia del hombre, que si puede llegar a contaminarse.

Son creencias que se remontan a muchos años atrás, pero que nos permite ver la idiosincracia de aquellas épocas.

La tercera (y creo que sería la última parte de este articulo) se centrará en los elementos del butsudan.


As it has seen in the first part of this post, the Okinawan believes about the supernatural or non-tangible world are deeply rooted, and so, many customs related to them are still practiced (in Okinawa as well as in Peru and other mostly Latin American countries; in where there is a great concentration of Okinawan offspring). 

It is worth mentioning that in Okinawa there is a deeply-rooted belief in the Beyond and life after death; and so many festivals with Buddhist origin are found related to the worship of the deceased’s soul or spirit: the obon (in uchinaguchi called bun or bung 盆, shichigachi or hichigwachi 七月, sooroo or sooron 精霊); the seimei 清明 (in uchinaguchi siimii), which is celebrated in the second month of the lunar calendar when the relatives visit the tomb to pray and bring offerings; the New Year’s day of the dead (in uchinaguchi, jurukunichi, which is celebrated on the 16 day of the first month of the lunar calendar); and the Star festival or Tanabata (celebrated on the seventh day of the seventh month of the lunar calendar).

Until prior the 20th century, the obon was not celebrated in some villages of the Miyako island (south of Okinawa) and also altars like the kamidana or the tablets or ihai were not used. As it has seen in a previous post, Okinawa had its own customs and even a ritual a worship to its deceaseds, which was very similar to the obon.

This Okinawan-style obon consisted also in visiting the parents’ or grandparents’ house (called the core-family) on the tenth day of the eight lunar month. Moreover, by that date, ghost are believed to come to Earth to wander around.

There is a variety of customs and rituals which are performed during the 33 years in which the deceased’s soul is taught to achieve its plenitude, that is, achieve the deity status or the Heaven. However, there are many differents in these rituals that change according to the region in Okinawa, due to the lack of historical sources (for example, ancient texts) in where are registered these practices or to the adaptation of the local folklore, which was transmitted from generation to generation; all these factors result in a lack of uniformity in the performance of these rituals.
 
In Japan itself, these practices are not performed, since they are part of the animistic folklore (although many people call them as shamanistic) of Okinawa and not as a pure derivation of Japanese Buddhism or Shintoism.

This time, I will deal with the topic about the 33rd anniversary, when we say “everything was already over” (but for the relatives, because for the deceased’s souls, it is the beginning of its another life, that of the plenitude).

And when the 33th death anniversary is achieved, ¿what shall we do?
After the 33 years of death, in Okinawa it is used to place the bones of the deceased (which previously were placed in a special jar with its name) inside an ossuary, where also the bones of all his ancestor lay, already mixed together. On this 33rd anniversary the last mass is held on his name.

The commemorative masses (1st, 3rd, 7th anniversary, etc.) are transitional rites, in where the deceased’s soul little by little is achieving to the deity status, to the Heaven, and it is not seen longer as a dead person. When reaching 33 years of dead, this last anniversary is celebrated as a party for deities and not like a funeral ritual.
 
It is held as a mass and a big feast is used to be prepared, in where all kind of Japanese sweets are included, food in general, and of course, pig meat. And in case this last mass is not held, it is believed that the deceased’s soul would wander eternally in the earthly world, receiving the name of gushoon chu (in Japanese, kousei no hito 後生の人).
 
After the 33rd anniversary, it is believed that the deceased’s soul does not longer visit his living relatives during obon, since he is already in Heaven.

And about the deceased’s soul, to where does it go?
The Okinawan believes about the destination of the deceased is very different, but always it is said that they go to Heaven. The soul is called mabui or maburi, or also tamasu or tamashii; and it is categorized into two classes: that of the living person, ichi mabui 生霊; while that of the deceased is called shini mabui 死霊 (in Japanese shiryou 死霊, literally, "dead spirit”).
 
It is believed that the deceased’s souls go to a place called gushoo (in Japanese goshou 後生; “after life”). In some places, gushoo is also called to the tomb and also to the general ossuary for the ancestral spirits. Although some people believe that the soul, when dying, remains permanently in the tomb (in uchinanguchi haka mabui), there is a vast majority who think that the deceased’s soul, go to settle in the Beyond in his 33rd anniversary, which is believed by many people to be in Heaven.

And is that this last mass, the 33rd anniversary mass, is a form of “giving a push” to the soul to go to the Heaven and of transforming into a deity.
 
In Okinawa it is used to prepare special offerings, like tempura (type of frying) in form of different flying objects as wings; or in other parts of Okinawa, like in Tokunoshima island (north of Okinawa), in where the leaves of a certain tree are burned, believing thus that the smoke of the leaves would guide the deceased’s soul to the Heaven.

But it seems that there is a similarity with the Christian conception (ascending to the Heaven), but there is an irrefutable influence of the Chinese culture in the practice of these rituals.
Moreover, it can seem that Okinawa is a matriarchally-hierarchized society, because the conduction of these rituals are performed by the oldest women of the family and they are, or can be the yuta or mediums, who are in charge of calling on the other members about the preparation or coming of these dates; but it is said that women are those who are in charge of these rituals, because they are made up of ying, the essence itself with which flesh is made; while men are made up of yang, the same essence with which bones, semen are made.

For example, the senkotsu or bone cleaning ritual, generally is performed by a woman, because the corrupted matter (flesh, blood) cannot affect her, in contrast with men, who can be polluted.

They are believes dating back to many years ago, but which can show us the idiosyncrasy of those times.
 
The third part (and I think it will be the last part of this post) will be about the elements conforming the butsudan.


FUENTES / SOURCES:

sábado, 22 de enero de 2011

EL BUTSUDAN: HISTORIA Y CREENCIAS DE OKINAWA (I PARTE) / BUTSUDAN: HISTORY AND BELIEVES FROM OKINAWA (PART I)

En casi todas las casas de nikkei en el Perú, hay un butsudan. El butsudan es un altar budista en donde no se venera a un dios (Buda), sino a los parientes fallecidos. En los pocos años que he vivido con un butsudan en mi casa (en mi casa, tengo dos), compartiendo experiencias con otras familias que también poseen una y, sobretodo, consultar a diferentes yuta durante todos esos años, he podido observar que existen muchas diferencias en el cuidado del butsudan.

Estas diferencias radican principalmente en la falta de una uniformidad en la práctica, que no puede hacerse debido a muchos factores: los issei que practicaban estos rituales tal y como se realizaban en Okinawa han fallecido; la transmisión de estos rituales ha sufrido modificaciones al pasar de generación en generación; la práctica de estos rituales ya no se están realizando con la misma intensidad que antes tanto en Japón así como en Okinawa, por lo que ya no existiría una fuente de consulta primigenia; o también, se confunde los rituales del butsudan al estilo okinawense y se mezclan con los rituales católicos (cuando era pequeña, hubo un familiar que me enseñó a hacer la señal de la cruz o persignarme después de colocar el senko, bueno, aquí ya hubo una total mezcla de religiones). 


Sea cual fuese la razón que origina estas diferencias en la práctica de los rituales y cuidados para el butsudan, lo cierto es que el hecho de llevar un butsudan en una casa de creencia no budista ni shintoista, actualmente se hace más por costumbre que por necesidad espiritual. Pero, ¿alguna vez nos hemos preguntado por qué son importantes las fechas cuando se lleva un butsudan y cuál es su significado?


Un tema un poco amplio pero que intento resumirlo, y así, he podido encontrar algunos textos en internet que tratan sobre los ritos funerarios en Okinawa y, aunque no he encontrado una guía o manual ni en español o inglés sobre cómo llevar un butsudan, tal vez, aprendiendo o “volviendo a recordar” el significado de las fechas o símbolos relacionados con el butsudan, podrá ayudarnos a no tergiversar o modificar
(tanto) la forma original de llevar un butsudan, tal y como lo hacían nuestros abuelos, o bisabuelos, sea el caso.

El periodo de luto: los 49 días
La tradición o costumbre de distanciar los aniversarios de fallecimiento (1er, 3er, 7mo aniversario, etc.), así como los rituales funerarios, llegaron a Okinawa bajo la forma de rituales ancestrales del confucianismo chino y budismo durante el siglo XIV. Pero no fue hasta el siglo XVII que estos rituales de adoración fueron practicados en todo el reino de Ryukyu (como así se llamaba a Okinawa antes del siglo XVII). 

En el día 49, contado a partir del fallecimiento de la persona (aunque algunas veces se realiza en el día 3, 7, 21, 35 o cualquier día que sea impar, que se elige a través de la adivinación y la edad del difunto), se realiza un ritual denominado mabui wakashi (literalmente “separación del alma”). Este ritual marca el final del periodo de luto, para sus familiares vivos, y el fin de la estadía en la tierra del alma del fallecido. 

La yuta o médium se encarga de conducir este ritual, en donde es poseída por el alma del fallecido para que, a través de ella, comunique su último deseo a sus familiares vivos. En este ritual, se “envía” el alma del fallecido al otro mundo y evita que éste se quede en la tierra como una “alma en pena” o intente llamar al alma de algún familiar vivo y llevárselo con él al otro mundo.

Antes del día 49, se cree que el alma del fallecido se encuentra entre el mundo real y el de los muertos o no son conscientes de que ya han fallecido; y tratarán de permanecer en el mundo real y visitar a sus familiares y amigos. 

Pero, ¿por qué se señala el día número 49 como el fin del luto? La respuesta para esta pregunta se basa principalmente en la partida del difunto hacia el más allá, que se simboliza en la descomposición del cuerpo.

Durante estos 49 días, contados a partir del fallecimiento de la persona, ocurre el proceso natural de la descomposición, en donde la carne se separa de los huesos; aunque en varias regiones de Okinawa se cree que tiene lugar ya en el día 9. En este día número 49, se preparan 49 pasteles mochi (en japonés shiromochi 白餅) y se colocan como ofrendas en la tumba. Estos pasteles mochi simbolizan los huesos de la persona fallecida, que se cree que está formado por 49 huesos, en cambio, en otras regiones de Okinawa, como en la ciudad de Itoman, se preparan 48 pasteles mochi y uno más grande, simbolizando así a los huesos y la cabeza, respectivamente. 

Además, en ese día se distribuyen las pertenencias del fallecido entre sus familiares (katami wake) y se quema todo lo que se había colocado en la tumba: las sandalias, la tablilla temporal, la comida colocada como ofrendas, etc., como símbolo de su partida hacia el otro mundo.

Hasta ese día, se colocan ofrendas de comida tres veces al día en la tumba, pero después del día 49, solamente se colocan dichas ofrendas en ocasiones especiales, como las misas conmemorativas, obon, etc.

Este fin del luto o del duelo, es un símbolo de la partida del fallecido al más allá y marca el regreso a las actividades cotidianas por parte de los familiares vivos, quienes solamente van a visitar la tumba ya para su 1er, 3ro, 7mo, 13vo, 21ro, 25to y 33ro aniversario de fallecimiento.
Después de tres a siete años, se realiza el senkotsu, conocido también como el segundo sepelio.


In almost all houses of nikkei in Peru there is a butsudan. The butsudan is a Buddhist altar in where a god (Budha) is not worshipped, but the dead relatives. In these few years I have been living with a butsudan at home (at home, I have two altars), sharing experiences with other families who also have one, and mostly, consulting different yuta during all these years, I have could see that there are many differences in attending the butsudan.

These differences lies mainly in the lack of uniform treatment in their practices, what is caused by many factors: the issei, who performed these rituals as they were performed in Okinawa, died; the transmission of these rituals have undergone changes when transmitting from one generation to another; the practice of these rituals are not longer performed with the same intensity as before in both Japan and Okinawa, therefore there is no longer an original source of reference; or also, the Okinawan style rituals of the butsudan are confused with those of the Catholic (when I was a child, a relative taught me to make the sign of the cross on after burning the senko; well, here there already was a total mix of religions).

Regardless the reason that causes these differences in the practice of these rituals and care for the butsudan, the truth about having a butsudan at a non Buddhism nor Shintoism-faith based home, nowadays it is carried out mostly customarily instead of a spiritual necessity. However, ¿have we ever asked to ourselves why dates are important when having a butsudan and what is its meaning?


This is a little broad issue, which I am trying to sum it up and so, I could find some texts in the Internet about the funeral rituals in Okinawa. Although I have not found a guide or a manual written neither in Spanish nor English about how to attend a butsudan, maybe, by learning or “remembering again” the meaning of these dates or symbols related to the butsudan, it could help us to not distort or change (so much) the original way of attending a butsudan, as our grandparents did it, or great grandparents, as the case may be.

The mourning period: the 49 days
The tradition or custom of spacing the dead anniversaries (1st, 3rd, 7th anniversary, etc.), as well the funeral rituals, came to Okinawa as ancestral rituals of the Chinese Confucianism and Buddhism during the 14th century. But it was not until the 17th century that these rituals of worshipping were performed throughout the kingdom of Ryukyu (as Okinawa was known before the 17th century). 


On the 49th day, after the death of the person a ritual called mabui wakashi (literally “separation of the soul”) is held (although sometimes on the 3rd, 7th, 21st, 35th or any odd day, which is chosen by divination and by the age of the deceased). This ritual marks the end of the mourning period, for his living relatives and, the end of the stay of the soul’s deceased in Earth.
 

The yuta or medium is in charge of conducting these rituals, in which she is possessed by the deceased’s soul in order to transmit his last wish to his living relatives, through the yuta. In this ritual, the deceased’s soul is “sent” to the Beyond and so, the soul is prevented to stay in Earth like a “lost soul” or to call on any living relatives for taking with him to the Beyond.
 

Before the 49th day, it is believed that the deceased’s soul remains between the real world and that of the dead or they are unaware that they are already dead; and they would try to stay in the real world and visit his relatives and friends.
 

But, ¿why is the 49th day pointed out like the end of the mourning period? The answer for this question lies mainly in the departure of the deceased to the Beyond, which is symbolized in the decomposition of the body.
 

During these 49 days, following the dead of the person, the natural process of decomposition takes place, in where the flesh separates from bones; although in several regions in Okinawa it is believed that it takes place already on the 9th day. On that 49th day, 49 mochi cakes are prepared (in Japanese, shiromochi 白餅) and are put as offerings in the tomb. These mochi cakes symbolize the bones of the deceased, who is believed to be constituted from 49 bones. In other regions of Okinawa like in Itoman city, 48 mochi cakes and a bigger one are prepared instead, symbolizing so the bones and head, respectively.

Also, on that day, all belongings of the deceased are distributed among his living relatives (katami wake) and everything left at the tomb is burned: the sandals, the temporal tablet, the food served as offerings, etc., like a symbol of his departure to the other world.
 

Until that day, offerings of food are served three times a day in the tomb, but after the 49th day, these offerings are served only in especial events, such as commemorative masses, obon, etc.

This end of the mourning period, is a symbol of the departure of the deceased to the Beyond and points out the coming back of the routine activities of his living relatives, who only go to visit the tomb on his 1st, 3rd, 7th, 13th, 21st, 25th and 33th dead anniversary. 


After three or seven years, the senkotsu ritual is performed, also known as the second burial.



El Senkotsu o segundo sepelio 
The Senkotsu or second burial
La muerte, representada físicamente en la materia en descomposición, es considerada no solamente como la transición de un mundo a otro, sino también como símbolo de impureza y (fuente de) contaminación. 

La transición de la vida terrenal hacia la vida eterna (aunque en este caso este término se prestaría más dentro del catolicismo), es un paso muy importante dentro de la creencia animista en Okinawa, y por lo tanto, el alma de un fallecido no podía realizar dicho viaje conservando un cuerpo físico en la tierra corroído o impuro; sino limpiado o purificado, es decir, sin antes haber limpiado sus huesos de materia corrompida. 

Se dice que antiguamente el rito del senkotsu 洗骨 se ha practicado ampliamente en las áreas costeras de Japón, aunque actualmente se limitan a las islas Nansei, cerca a China.

The dead, represented physically by the decaying matter, is considered not only like the transition from a world to another one, but also like a symbol of impurity (and source of) pollution.

The transition of the earthly life to the eternal life (although in this case, the term is related better to the Catholicism belief), is a so important step inside the animistic belief in Okinawa. 


Thus, the deceased’s soul could not make the departure by keeping a corrupted or impure physical body in Earth; but instead clean or purified, that is, without his bones have been previously cleaned from corrupted matter.
 

It is said that in old days the senkotsu ritual 洗骨 was practiced widely in the coastal areas of Japan, although nowadays it is limited to the Nansei islands, close to China.

El término senkotsu tiene diferentes significados en uchinaguchi (el idioma nativo de Okinawa), como el de “limpiar, purificar” (churakunasun チュラクナスン, en japonés kiyoraka ni suru 清らかにする), de “embellecer” (en japonés utsukushiku suru 美しくする), “iluminar, reducir, aliviar” (karukunasun カルクナスン, en japonés karuku suru 軽くする), “blanquear” (shirarukunasun シラルクナスン, en japonés, shiroku suru 白くする). Pero, la esencia de este término radica en la limpieza de los huesos, de su separación con la materia putrefacta.

Con frecuencia se realiza el senkotsu o ritual de “lavado de huesos” en Tanabata (el "festival de las estrellas", celebrado en el 7mo día del sétimo mes del calendario lunar) y que marca el inicio del obon (comparado con el día de los muertos en el Perú). Pero antes que se implantara la práctica de Tanabata en Okinawa, el senkotsu era realizado durante los festivales de shinugu y unjami o ungami 海神 (celebrados también en el sétimo mes del calendario lunar) y los festivales de arasachi o arashitsu 新節, shibasashi o shibazashi 柴差し y dunga o donga (celebrados en el octavo mes del calendario lunar).

Durante el senkotsu, se abre el ataúd y se separan los huesos de la carne que ha quedado (algunas veces con ayuda de alguna herramienta, como una hoz) y se lavan los huesos con agua o awamori (licor típico de Okinawa) y se guardan en un jarro con el nombre del fallecido; y se coloca en una de las gradas del altar en la tumba (en este caso, la tumba es como una pequeña casa, que tiene un altar en su interior y en ella se entierran a los miembros de una misma familia). Aunque, existen muchas formas de senkotsu, incluyendo una en donde los huesos ya limpiados no se guardan en un jarro o urna especial, sino que simplemente son apilados unos sobre otros dentro de la tumba. 

El cuerpo físico, después de la muerte, es considerado como impuro o contaminado, pero no sucede así en el caso de las yuta o sacerdotisas o médiums, quienes al morir no se les practica dicho ritual, porque se creía que tanto su cuerpo como su espíritu ascendían a los cielos.

La manera como se encuentran los huesos después de los 49 días es muy importante: si el cuerpo no se ha corrompido (descompuesto) totalmente y más aún, parece haberse momificado, indicaría que el alma aún continua en la tierra y algún familiar esta realizando mal el ritual o; si encuentran los huesos limpios, indicaría que ya el espíritu ha partido al otro mundo.


The term senkotsu has different meanings in uchinaguchi (the Okinawa’s native language), like “to clean”, “to purify” (hurakunasun チュラクナスン, in Japanese kiyoraka ni suru 清らかにする), “to embellish” (in Japanese utsukushiku suru 美しくする), “to lighten", "to reduce", "to alleviate” (karukunasun カルクナスン, in Japanese karuku suru 軽くする), “to whiten” (shirarukunasun シラルクナスン, in Japanese, shiroku suru 白くする). But, the essence of that term lies in the cleaning of the bones, separation from the decayed matter.
 
Frequently, the senkotsu or “bone-cleaning ritual” is carried out in Tanabata ("the Star festival”, held on the 7th day of the lunar calendar) and marks the beginning of obon (which is compared with the day of the dead in Peru). But before the Tanabata ritual was practiced in Okinawa, the senkotsu was carried out during the festivals of shinugu and unjami or ungami 海神 (celebrated also on the seventh month of the lunar calendar) and the arasachi or arashitsu 新節, shibasashi or shibazashi 柴差し and dunga or donga festivals (celebrated on the eight month of the lunar calendar).

 
During the senkotsu, the coffin is opened and the bones are separated from the flesh remaining (sometimes with the help of an instrument, like a sickle) and the bones are washed with water or awamori (an Okinawan typical liquor) and are stored in a jar with the name of the deceased on it; and it is placed in one of the steps of the altar inside the tomb (in this case, the tomb is like a small house, which has an altar inside and where the other members of the same family are buried). Although, there are many forms of senkotsu, including one in which the already cleaned bones are not stored in a jar or special urn, but are just piled one on another, inside the tomb.

 
The physical body, after the death, is considered as impure or polluted, but this is not the case with the yuta or priestesses or mediums, to whom such ritual is not performed when dying, because it is believed that both her body as her spirit ascend to the Heaven.

 
The state how the bones are found after the 49 days is very important: if the body has totally not corrupted (decayed) and moreover, it seemed to have been mummified, it will indicate that the soul still remains in Earth and maybe a relative is not performing the ritual properly. If the bones are found clean, it will indicate that the spirit has already gone to the other world.
 



FUENTES /SOURCES :

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La foto que muestro fue tomada el 27 de febrero de 1930.  Es una vista del patio de Lima Nikko en una ocasión especial.  En ese día, hubo un...