miércoles, 25 de septiembre de 2019

Receta de Po-po y Chinbin

*NOTA*
La siguiente receta es de la webstite Calend Okinawa, traducida del japonés al español gracias a la amable colaboración de Satomi Yamashiro Toguchi (año 2014) para Jiritsu (receta publicada originalmente en el Facebook de Jiritsu el 18 de marzo de 2014).

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¿Cuál es la diferencia entre Po-po y Chinbin?
Primero, veamos su definición:

POO-POO
Gastr. [C bobo] Tortilla de masa de harina enrollada que se asemeja a un taco relleno con carne de cerdo picada y miso, introducido desde China.

CHINBIN
Gastr. [C jianbing] Variedad de postre servido en el Día de los Niños, un día después del Festival de los botes Hari. Es hecho de azúcar negra. Panqueque fino de huevo parecido a un crep.

[Definiciones tomadas de: GANAHA, Munetaka. Diccionario Okinawense Castellano. Lima. 2.° ed. 2017].

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Ahora, aquí tenemos la receta.

RECETA DE CHINBIN Y POPÓ

Con ingredientes que tenemos en casa, podemos preparar un delicioso y sencillo bocadillo okinawense.

CHINBIN:

Para preparar el Chinbin, lo único que necesitaremos será:



  • 100 g de harina
  • 80 g de chancaca en polvo
  • 1/2 cucharadita de polvo de hornear 
  • 1 taza de agua 
  • Y un poco de aceite para el momento de freír.











Primero, unir todos los ingredientes secos. 














Segundo, revolver bien antes de incorporar el agua, de esta manera nos aseguraremos de que todo esté bien mezclado y no tendremos problemas en los siguientes pasos. Cuando los ingredientes secos estén bien incorporados, añadir el agua y seguir revolviendo bien.










Una vez lograda la mezcla, pasarla una vez por la coladora (aunque no es estrictamente necesario) y luego dejarla reposar por un momento.







Calentar una plancha de cocina a 180 grados. 
También es posible utilizar una sartén, pero en la plancha quedará más prolijo, sin pegarse. 

Esparcir una fina capa de aceite y, cuando esté lo suficientemente caliente, verter la mezcla. 

Escuchar un "chuu" en ese momento, es una buena señal de que la temperatura era la ideal. Calcular las cantidades a fin de obtener de 7 a 8 porciones. 

De esta manera, podremos saber de antemano que cada porción contiene aproximadamente 10 gramos de azúcar. 









Cocer a fuego lento. Las burbujas saldrán de este modo.














Cuando los bordes se hayan aclarado, darle la vuelta.










TIP

Se dice que un Chinbin o un Popo es bueno cuando resulta con estos pequeños agujeritos. Esto se determinará por la temperatura y la manera de extender el aceite.













Mirar el reverso. Si está bien cocido, se podrá despegar fácilmente de la plancha.















Ahora, muy velozmente, empezando desde un borde, lo enrollamos con la mano.













Hacemos presión mientras lo rodamos.












¡Y ya está listo! Lo mejor es hacerlo con una sola mano, no con las dos.


Y hay que tener en cuenta que la temperatura será alta.










No es recomendable ejercer demasiada presión y tampoco es bueno hacer lentamente el enrollado.








Ahora vamos con el POPO… 



Esta vez no usaremos chancaca. 







Crearemos una mezcla menos espesa con la harina, polvo de hornear y agua.
















El proceso de cocción es igual al del Chinbin.








Una vez cocido por ambos lados, agregar algún acompañamiento a elección (ya sea dulce o salado). 
Generalmente utilizamos nikumiso*, pero hoy quise probar con pasta de ume**. 

*Nikumiso es carne de puerco molida, con miso. El miso es una pasta fermentada hecha con semillas de soja y/o cereales, y sal marina. 
**Ume es un fruto. También se le conoce como albaricoque japonés o ciruela china. 








No debemos poner la salsa desde el borde, sino en el lugar correspondiente a un tercio.













Lo enrollamos con una mano, como hicimos con el Chinbin.













Una vez enrollado, ya está listo para comer.









A comparación de otros dulces, el Chinbin y el Popo son más saludables. 

Al no requerir mantequilla ni aceite en su preparación, no resultarán grasosos. 

Además son postres rápidos y sencillos que podemos preparar con ingredientes que tenemos en casa.




martes, 7 de mayo de 2019

La Liga Anti-Asiática (Lima, 1917)

Fundada en junio de 1917 (según el presente circular), la Liga Anti-Asiática tenía como objetivo frenar la inmigración asiática hacia el Perú, por considerarla como una amenaza para los intereses nacionales. 

Liga Anti-Asiática (Lima, 1917)
Los chinos y japoneses eran la "amenaza amarilla " (o "peligro amarillo"), que acaparaban los principales rubros comerciales, quitaban el trabajo a los locales, desmejorarían la raza e invadirían el territorio peruano, si no se hacía nada al respecto (según los argumentos de los anti-asiáticos de aquella época y que he tratado de resumir para este post). 

Quienes estaban detrás de esta campaña anti-asiática eran políticos e intelectuales, que buscaban generar repudio contra los asiáticos(chinos y japoneses) entre la población local, a través de publicaciones como boletines y artículos en diarios y pasquines. 

En este circular, se anuncia, por cierto, el lanzamiento de su órgano oficial, "La Hoja Amarilla", de publicación sabatina. Posteriormente, en diciembre de 1930, apareció "Antiasia", el órgano de la Liga de Boicot Anti-asiático, aunque no duró mucho tiempo (casi provoca un incidente diplomático). [1] 

En este circular membretado, se anuncia, no solo la fundación de la Liga, sino que, además, se pide colaboración a la causa ("...esperando que Ud. aporte su valioso contingente en esta gran obra, nos suscribimos de Ud...."). 

Esas épocas de preguerra eran especialmente difíciles para los inmigrantes chinos y japoneses (sobre todo para estos últimos), que comenzó con el descontento de una élite intelectual y política anti-asiática y terminó con la venia del propio gobierno peruano (con las deportaciones de japoneses hacia los campos de concentración en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial). 

FUENTES: 
[1] INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA. Revista Geográfica. Temas 107-110. 1988.

viernes, 5 de abril de 2019

Las Galletas Chaplin, ¿por qué decimos que tienen origen japonés? (fuentes escritas y orales)

Una de las versiones locales
Fuente: Picsweb
Duras, chiclosas cuando están frías, baratas y te quitan el hambre. Así son las galletas Chaplin. 

Pero por intereses comerciales, las recordamos más como producto peruano que japonés. Solo quedan la historia y los valiosos testimonios de sus descendientes y admiradores para confirmar que sí tienen origen japonés.

El primer indicio para afirmar que las galletas Chaplin tienen origen japonés son los senbei

Kawara senbei
Fuente: Taiko-en
El kawara senbei, que literalmente significa “galleta de arroz en forma de teja”, es un tipo de senbei que tiene como ingredientes: harina, azúcar, huevos y agua, como las galletas Chaplin. 
Su forma artesanal de preparación y su apariencia son muy similares a los kawara senbei de Japón. 




Video: Horneado artesanal de senbei


Sobre el origen de los kawara senbei, podemos mencionar 2 teorías. 
En una, se cuenta que una mujer usó dos kawara (tejas) para hornear masa de senbei (cuando los moldes de hierro aún no existían) y otra teoría habla de los antiguos templos, en donde se acostumbraba ofrecer senbei con forma de teja, con el fin de pedir donaciones para el techado del templo. 

Tsujiura senbei
Fuente: Pinterest
Pueden resultar cuestionables estos orígenes. Pero, los recuerdos que persisten sobre las Chaplin apuntarían a su origen indiscutiblemente japonés, no solo en Perú o en Japón. 
En los Estados Unidos, una similar historia ocurrió con otro tipo de senbei durante la preguerra: los tsujiura senbei. Estos senbei fueron popularizados por los japoneses en los Estados Unidos, pero fueron los chinos quienes aprovecharon en comercializarlos en sus restaurantes con el nombre de “galletas de la fortuna”, al ver que los japoneses dejaron de producirlas por la guerra. 
(¿Notan la similitud con la "guerra comercial" que hubo entre una fábrica peruana y la fábrica de origen japonés en el Perú? Mmmm).


Moldes de hierro
Fuente: Gary Ono via Smithsonian

Molde de hierro con logo
Fuente: Gary Ono via Smithsonian

Molde de hierro con iniciales
Fuente: Gary Ono via Smithsonian

En Japón, casi era una “marca registrada”. 
Charles Chaplin, el reconocido actor cómico a nivel mundial confesó: “Japón […] siempre ha estimulado mi imaginación. La tierra de las flores de cerezo, el crisantemo y su gente en kimonos de seda que vive entre porcelanas y mobiliario lacado […]”. 

Chaplin era un apasionado de Japón. En 1932, Chaplin viajó a Japón, en donde  también era un personaje muy popular. Incluso, había “Chaplines” japoneses (imitadores). Tanto niños como adultos quedaban encantados con sus comedias, que eran proyectados en los cinemas. Se cuenta que, prácticamente, los niños eran quienes vivían en los cinemas, consumiendo limonadas, caramelos, senbei y pan que ahí vendían (según declarara el sociólogo Yasunosuke Gonda en 1917). 
“Y si incluimos su imagen en estas galletas tan populares como son los senbei?”, a más de un comerciante se le habrá ocurrido (en Japón y también, en Perú).

Las primeras fábricas en Perú 
Año exacto, nadie recuerda. 
Pero hay una nota policial publicada en 1935 en el diario La Prensa, que relata la intervención a la fábrica de “galletas de estilo japonés” de Chosin Gaeku en el Callao, porque funcionaba en aparente clandestinidad. 

Según la nota, la policía incautó “una infinidad de bolsas, timbradas con signos japoneses y al centro [la inscripción] Ch. Gaeku”. También menciona a su socio Nakafodo Tacuzen, quien detalló que distribuían las galletas a “las pulperías y chinganas de Callao y Lima” de sus connacionales en latas, cada una a 3 soles.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, había japoneses que fabricaban galletas Chaplin en el Perú, de forma artesanal y en panaderías que tenían máquinas a carbón. Pero cuando estalló la guerra, dejaron de funcionar muchas de estas fábricas. Por aquella época, ya eran conocidos Nagatome, Gibu, Keitaro Asay, Kumataro “el Colorao” Hacegawa de Chiclayo y Sakuzo Takahashi (papá del reconocido compositor Luis Abelardo Takahashi) como fabricantes de galletas Chaplin. Pero Takeo Miyasato del Callao es recordado hasta ahora como si fuera el pionero. 

Quienes ahora nos contarán la historia vía Jiritsu, aquella que no encontramos fácilmente en los libros o el internet, serán sus hijos y nietos, los amigos del barrio y, en general, admiradores de las galletas Chaplin. 

“A ver, te cuento cómo era la fábrica” (testimonios) 
Fuente: GUIMA, Angélica y ZAKIMI, Mario. 
Guía Visual, Industrial, Comercial y Profesional de la Colonia Japonesa. Lima. 1980.
Cuando terminó la guerra, Takeo Miyasato abrió en el Callao su fábrica. 
“En el año 45, mi padre compró a la familia Nagatome sus máquinas a carbón y las llevó al Jr. Washington” (Hideo Miyasato). 

Norma y Hugo Uchima Senaga son hermanos e hijos de Yasuhiro Uchima, quien fabricara los recordados somen “Uchima”. Eran vecinos de la fábrica de Miyasato, que “estaba a unas 5 ó 6 puertas más abajo de la casa”. 

Hugo recuerda que había un gran círculo de cemento en la fábrica. 

“Era la máquina a carbón y usaba moldes de metal con tapa. De los 4 huecos que tenía, salía la candela y encima, se colocaban los moldes. Echaban un poquito de masa en cada molde, lo cerraban y dejaban que dore por ambos lados; como si fuera una waflera”.



Su descripción coincide con la forma artesanal de preparar los kawara senbei en Japón (como vimos en el vídeo anterior).

Hugo Ikehara Yamada también recuerda la fábrica, en donde compraba las Chaplin ni bien salía de gakko. 

“En mancha, íbamos a comprar a la fábrica porque éramos conocido, ya que hijos estudiaban con nosotros en Minato Gakuen”.


Alberto Teodoro Aquino estudió en el colegio “Dos de Mayo” en los años 60 y recuerda:

“Por una miseria de dinero, la fábrica nos vendían el sobrante partido de galletas, frescas y calientes”.



Y hasta frías, también eran pedidas las Chaplin. 

Norma Uchima recuerda: 

“Como eran las sobras, a nosotros nos regalaban las Chaplin porque ya estaban blandas”.

Con las sobras, Norma y sus hermanitos solía venderlas a los vecinos del barrio, sentaditos en la calle. 

Hansey Yamashiro recuerda “al ojisan Chaplin y su inconfundible sellito”. 

Al igual que Juan Kazuo Fujimoto, quien también recuerda el “bigotito”,  y quien además añade: 

“Según mi mamá, quien aparecía en las galletas no era Chaplin, sino el rostro del japonés que las fabricaba en el Callao y que tenía ese mismo bigotito”.

Pero es Hideo Miyasato, el hijo del propio Takeo Miyasato, quien termina por aclarar la confusión: 

“El del sellito sí era Chaplin. Era coincidencia que tanto mi padre como yo usáramos también bigote por esos años”.

En los años 50, Takeo viaja a Osaka y adquiere maquinaria eléctrica, pasando de la fabricación artesanal a la industrial de las Chaplin. Luego, pasa el mando a su hijo Hideo. Se mudaron, de la calle Washington al jirón California, dentro del mismo Callao.

Además de los Miyasato, también operó la fábrica de los Inamine, también en el Callao. 

“Mi padre Seizen y mi abuelo Seiko Inamine tenían una pequeña fábrica que hacía galletas Chaplin y otras golosinas artesanales. Según me contó mi padre, las planchitas de las galletas con la cara de Chaplin venían desde Japón”.

Este es el recuerdo de Juan Haruo Inamine, fundador del recordado Centro Nikkei de Estudios Superiores (CNES). 

Pero cuando Lima fue sacudida por el terremoto de 1940, los Inamine perdieron la fábrica. Una década después, su padre abre una tienda mayorista de abarrotes en La Victoria. Con su camioneta, 

“Seizen vendía y repartía las galletas Chaplin a las bodegas de los japoneses".

Mary Higa de Chinen también recuerda a las bodegas que vendían Chaplines al peso. Mary ayudaba en la bodega que sus padres tenían en el Rímac. 

“Según mi mamá, las galletas venían al principio en envase de lata. Luego, vino el exhibidor de vidrio con tapa de plástico”.

Para los años 90, la fábrica Miyasato dejó de funcionar por la crisis económica. 
A pesar de no ser los verdaderos pioneros (no se sabe exactamente quién fue el que comenzó su fabricación en el Perú), los Miyasato son recordados como si lo hubieran sido. 

Hideo recuerda cómo fueron esos años: 

“Como dejó de ser artesanal, las galletas Chaplin ya no solo se vendían dentro de la colectividad japonesa, sino que llegaron también a las bodegas, supermercados como Galax y Monterrey y también provincias”.

Con el tiempo, aparecieron otras marcas locales, pero la que caló hondo en nuestra memoria ha sido las Chaplin de los Miyasato. 
Sin duda alguna, las galletas Chaplin deberían ser recordadas por todos como un emprendimiento que nació en nuestra colectividad. 


FUENTES: 
MATSUDA, Samuel (2014) “Andando 75 años por los caminos del Perú”.
FUKUMOTO, Mary (1997) “Hacia un nuevo sol”.
ROCCA TORRES, Luis (1997) “Japoneses Bajo el Sol de Lambayeque”. 
LUSAS, Edmund y ROONEY, Lloyd (2001) “Snack Foods Processing”.
YEH, Cedric S. y SANEFUJI, Noriko (2010) “Origins of a fortune cookie” para National Museum of American History
HAROOTUNIAN, Harry. (2011) “Overcome by Modernity: History, Culture, and Community in Interwar Japan”.
Diario La Prensa. Lima. Jueves, 4 de julio de 1935.
Diario Peru Shimpo. Lima. Jueves, 18 de octubre de 2012. 
Blog Jiritsu. 

AGRADECIMIENTOS: 
Andrés Hideo Miyasato 
Juan Haruo Inamine
Norma y Hugo Uchima Senaga
Hugo Ikehara Yamada
Hansey Yamashiro
Juan Kazuo Fujimoto
Mary Higa de Chinen
Alberto Teodoro Aquino

miércoles, 6 de marzo de 2019

En la época de guerra: camotes en Okinawa y en el Perú, tortilla con cebollita china


En la época de guerra (la segunda guerra mundial), los camotes eran uno de los alimentos básicos de los okinawenses. Y en el Perú, la tortilla con negi (cebollita china) era uno de los platillos recurrentes en las mesas de las familias nikkei.

Fue una época difícil y más aún, si la familia era numerosa y con muchos hijos. 
Pero como el ingenio de las mamás nunca falla, seguramente en una cocina nikkei nació este platillo tan simple pero nutritivo.

Mi mamá solía prepararme tortilla con negi para desayunar y para llevar al colegio. 
La época de guerra ya había terminado hace décadas, pero la época en donde yo nací fue casi tan difícil como la de mi mamá en la guerra. Eran mediados de los años 80. 

Tortilla con negi y leche de soya casera eran algunos de los "sustitutos" de la leche que mi mamá preparaba en casa por aquellos años. Se levantaba muy temprano, para que le alcanzara el tiempo para preparar todo. "Come todo, tiene bastante calcio", siempre decía.

Yo no me quejaba. Realmente, mi mamá sabía cómo prepararlos. Todo estaba muy rico, sobretodo la tortilla con negi.

"Cuando estaba chiquita, mi mamá preparaba tortilla con negi. Con un solo huevo y bastante negi, ya el gohan estaba listo." Eran los años 40, en plena época de guerra. 
Mi mamá recordaba muy poco (o quizás no quería recordar). Recuerdo que siempre me decía: "Come todo, tiene bastante calcio".

Y hoy que fui al supermercado, se me antojó comer pejerrey frito. No encontré, pero encontré algo mejor. Compré cebollita china y la preparé en tortilla, tal y como lo hacía mi mamá. 

En estas épocas de fast-food y comida gourmet, la comida casera y sobretodo, la que nuestras mamás preparaban con cariño y harto ingenio en épocas difíciles, son las que tienen más sabor. Sabor a nostalgia y hogar.
Como la tortilla con negi, que fue uno de los platillos infaltables en muchas mesas nikkei en la época de guerra en el Perú.

La imagen que comparto es la tortilla con negi que preparé. La acompañé con una ensalada de espinacas, queso fresco y jamonada.

(Post originalmente publicado en el Facebook de Jiritsu el 21 de noviembre de 2016).

LA SANBASAN (PARTERA) "MÁS FAMOSA" EN LA LIMA DE LA PREGUERRA: LA SANBASAN TOKESHI

La foto que muestro fue tomada el 27 de febrero de 1930.  Es una vista del patio de Lima Nikko en una ocasión especial.  En ese día, hubo un...