Hay muy pocas personas que saben que ayer vinieron los príncipes de Japón, el Príncipe Akishino y su esposa, la Princesa Kiko por motivo del 140 aniversario del inicio de las relaciones diplomáticas entre Perú y Japón.
La visita apenas tuvo cobertura en los noticieros y en los diarios (en donde apenas le han dedicado pequeños espacios para cubrir dicho evento; mientras que en los diarios de la colectividad nikkei, era una visita muy anunciada). Yo, por ejemplo, me enteré por éstos últimos y también porque por mi casa hay un museo al que visitaron y que estaba rodeado -literalmente- por hombres de negro que eran sus guardaespaldas.
Quizás, la ocasión fue opacada con creces por el famoso Fallo de La Haya que concitó la atención de casi todos (o quizás la visita de miembros de la realeza ya no concita mucho interés en una sociedad como la nuestra).
Hace más de 40 años, esta misma historia se repetía, aunque no con tanta parsimonia. En mayo de 1967, llegaron al Perú los (por aquella época) Príncipes de Japón, el Príncipe Akihito y su esposa, la Princesa Michiko (padres del Príncipe Akishino), como una forma de estrechar los lazos diplomáticos entre Perú y Japón (ya menguados por la 2da guerra mundial) y, aprovechando la ocasión, para inaugurar además el Centro Cultural Peruano Japonés en Lima.
Según la revista Caretas, miles de peruanos se congregaron en el aeropuerto y acompañaron a la pareja real en todo su recorrido.
(Como anécdota personal, por así llamarlo, ayer tuve que hacer unos pendientes y necesariamente, tenía que pasar varias veces por el museo y tanto durante la visita de los príncipes así como después de su partida, las inmediaciones del museo lucían desiertas o con poca gente, salvo el numeroso grupo de "hombres de negro" que de por sí llamaban la atención. Seguramente, que en el Centro de Lima, la situación habrá sido diferente. Realmente, esta visita contrasta enormemente con aquella que se dió en 1967).
(Como anécdota personal, por así llamarlo, ayer tuve que hacer unos pendientes y necesariamente, tenía que pasar varias veces por el museo y tanto durante la visita de los príncipes así como después de su partida, las inmediaciones del museo lucían desiertas o con poca gente, salvo el numeroso grupo de "hombres de negro" que de por sí llamaban la atención. Seguramente, que en el Centro de Lima, la situación habrá sido diferente. Realmente, esta visita contrasta enormemente con aquella que se dió en 1967).
Realmente, si hubiera tenido tiempo, podía haberme quedado a esperar afuera del museo y tomarles alguna foto, aunque sea de lejos, como si fuera un recuerdo, de la misma manera como hizo mi oba hace más de 40 años. Recordé que mi oba tenía una foto de la visita de la realeza japonesa, pero la de 1967, en donde aparece el Príncipe Akihito y la Princesa Michiko junto con autoridades peruanas (no logro reconocer quienes son).
Visita del Príncipe Akihito y la Princesa Michiko al Perú (Año: 1967) |
FUENTES:
Revista Caretas
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